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sábado, 3 de abril de 2021

Observatorio de los balances sectoriales: 4º trimestre de 2020

 

Como viene siendo habitual analizamos la evolución de los balances sectoriales de la economía española que el Instituto Nacional de Estadística (INE)  publica cada trimestre.

Teoría

Partimos de la relación entre algunas magnitudes macroeconómicas recogidas en la contabilidad nacional. El Producto Interior Bruto (PIB) es la suma de todos los bienes y servicios que produce una economía en un año. Estos se destinan al consumo, el gasto público, las exportaciones o la inversión. Escrito en forma matemática podemos establecer la siguiente ecuación para el PIB desde el punto de vista del gasto.

PIB≡C+G+X+I-M

Donde C= Consumo, G=Gasto público, X= exportaciones, I= inversión y M=Importaciones. Observen que en la ecuación del PIB utilizamos el símbolo ≡ que expresa una identidad.

Por otra parte todos los gastos tienen que ser forzosamente el ingreso de alguien. Por tanto el PIB es igual a las rentas de todos los agentes que han participado en el proceso productivo:

Cuando queremos estudiar el ahorro o desahorro de sector una magnitud más conveniente es la Renta Nacional Bruta (RNB), que es igual al PIB más las rentas primarias (alquileres, dividendos, royalties, intereses, salarios por trabajos realizados para no residentes) percibidas por el uso de nuestros factores productivos en el extranjero menos las rentas primarias pagadas a extranjeros. Es decir:

RNB≡PIB+Rx≡C+G+X+I-M+Rx

Restando los impuestos netos de subvenciones “T” sobre la producción y las importaciones y reorganizando los términos obtenemos la siguiente expresión:

(RNB-C-T-I)+(T-G)≡+(X-M+Rx)

El primer término entre paréntesis representa la capacidad de financiación o el ahorro neto del sector privado (es decir, lo que queda de su renta disponible después de realizar inversiones y gasto en consumo), el segundo es simplemente el déficit público y el tercero el saldo de la balanza por cuenta corriente (balanza comercial más rentas netas procedentes del extranjero).  Por consiguiente el ahorro nacional tiene que ser igual al saldo de la balanza por cuenta corriente.

Si pasamos el término de la derecha a la izquierda la ecuación necesariamente es idéntica a cero. En definitiva unos sectores pueden tener una capacidad y otros una necesidad de ahorro pero el saldo de todos tiene que ser forzosamente igual a cero.

(RNB-C-T-I)+(T-G)+(M-X-Rx)≡0

 

En definitiva unos sectores pueden tener una capacidad y otros una necesidad de ahorro pero el saldo de todos tiene que ser forzosamente igual a cero.

Datos del cuarto trimestre de 2020

En el sistema de cuentas económicas nacionales se emplea los términos ‘necesidad o capacidad de financiación’ de los sectores institucionales para referirse al ahorro o desahorro neto (ahorro bruto=renta disponible-consumo; ahorro neto=ahorro bruto – inversión) de cada uno de ellos. Según el INE durante 2020 la evoluación de la capacidad o necesidad de financiación de los sectores fue la que se detalla en la siguiente tabla.

Sector institucional
2020 T1
2020 T2
2020 T3
2020 T4
2020
 Hogares
-  4,573
           56,146
-   3,772
     26,892
    74,693
 Sociedades no financieras
             5,220
             3,497
             3,418
           10,799
           22,934
 Instituciones financieras
             8,260
             4,090
             6,142
           16,313
           34,805
 Sector privado
          8,907
        63,733
          5,788
        54,004
      132,432
 Administraciones públicas
-  9,167
-  61,589
-   2,897
-  47,525
-  21,178
 Sector exterior
           260
-   2,144
-   2,891
-  6,479
- 11,254

Datos en millones de euro. Fuente: INE

La serie temporal desde 1999 en porcentaje del PIB se refleja gráficamente agregando los sectores institucionales privados nacionales (hogares, sociedades no financieras e instituciones financietas) en la siguiente figura.

Serie temporal de la identidad de balances sectoriales desde 1999 hasta el 4º trimestre de 2020.

Análisis de los datos

Dado que en otros posts hemos analizado los balances sectoriales de trimestres anteirores nos limitaremos en esta ocasión a analizar los de los hogares para el último ejercicio y trimestre de 2020 en el contexto de un ejercicio marcado por la crisis económica pandémica.

Salta a la vista que el año ha sido extraordinario por el ahorro sin precedentes en el sector privado, que se corresponde con un déficit de las administraciones públicas igualmente inaudito y un pequeño superávit por cuenta corriente con el resto del mundo. Evidentemente este es el reflejo de un año en el que los hogares no han podido o han decidido no consumir parte de su renta disponible. La altísima tasa de ahorro evidentemente es la contrapartida del colapso observado en el producto interior bruto (-11% en términos reales) respecto a años anteriores. Si no hay consumo ni inversión obviamente las empresas no tienen ventas.

En cuanto a los hogares el INE nos informa de que el valor añadido bruto generado por éstos disminuyó un 8,9% en el cuarto trimestre respecto al mismo periodo de 2019 (recuerden que hay hogares que viven de actividades económicas y no de rentas salariales). El excedente de explotación y la renta mixta bruta (la parte del valor añadido generado por los hogares que no va a pago de salarios de los empleados de los hogares e impuestos netos de subvenciones sobre la producción ) del sector bajó un 9,2%. A esto se añade  el descenso en la remuneración a cobrar por los asalariados (−4,0%) y del 5,9% en las rentas de la propiedad a percibir (intereses, dividendos, etc.).

Así pues, pese a las medidas de sostenimiento de rentas que el Gobierno no deja de anunciar triumfalmente muchos hograes han experimentado una sustancial caída de su renta disponbile. Así, si a estas cifras añadimos los flujos de distribución secundaria de la renta (impuestos sobre la renta y el patrimonio, cotizaciones y prestaciones sociales y otras transferencias corrientes), se concluye que en el cuarto trimestre de 2020 la renta disponible bruta de los hogares cayó un 3,4% respecto al mismo período del año anterior. Obviamente esto no nos dice nada acerca de cómo se ha repartido esta caída entre los hogares.

pese a las medidas de sostenimiento de rentas que el Gobierno no deja de anunciar triumfalmente muchos hograes han experimentado una sustancial caída de su renta disponbile

Al mismo tiempo el consumo final de los hogares ha caído estrepitósamente un 11,2% por lo que no resulta sorprendente que la tasa de ahorro bruto (renta disponible menos consumo final) haya alcanzado máximos históricos, sobre todo durante el segundo trimestre de 2020 coinciendo con el primer y más riguroso Estado de Alarma.

Ahorro de los hogares en porcentaje sobre la renta disponible. Fuente INE.

 

En definitiva los hogares han alcanzado una tasa de ahorro neto (capacidad de financiación)  histórica del 14,8% de su renta disponible durante 2020.

Tasa de ahorro anual de los hogares. Fuente: INE

Pese a disponer de mayor capacidad de ahorro, la inversión de nuestros hogares sigue en mínimos históricos aunque ha repuntado un poco en los últimos trimestres. Por tanto la capacidad de financiación de los hogares ha alcanzado niveles que tampoco tienen precedentes.

Inversión de los hogares Porcentaje sobre la Renta Disponible Bruta trimestral Corregido de efectos estacionales y de calendario. Fuente INE

 

Capacidad (+) o necesidad (-) de ahorro de los hogares. Fuente: INE

 

La siguiente tabla permite entender la aritmética de las variables que hemos analizado para este sector.

Cuentas de los hogares e instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares. Fuente INE.

En otro post analizaremos el comportamiento de los otros dos sectores que integran el sector privado, sociedades no financieras e instituciones financieros, pero éstos también han registrado aumentos en su capacidad de financiación.

La evolución del ahorro neto de los hogares implica que sus balances gozan de una liquidez envidiable (para aquellos que no han perdido su fuente de ingresos, claro está). Estos fondos seguirán disponibles en el momento en el que haya un cierto retorno de la normalidad, momento en el que las familias podrán volver a disfrutar de vacaciones, el ocio nocturno o las compras de nueva ropa y bienes duraderos pero, sobre todo, recuperen la confianza para gastar. La incertidumbre generada por la crisis pandémica sin duda es un factor adicional que deprime el consumo.

Cabe preguntarse qué sector está aportando los activos financieros en los que se están materializando los ahorros netos del sector privado doméstico. La contrapartida  es fundamentalmente el déficit de las administraciones públicas (AAPP) puesto que la contribución del sector exterior, con un pequeño superávit por cuenta corriente, es escasas y se puede atribuir al enfriamiento del comercio internacional y a la caída del consumo e inversión domésticos.

Podríamos congratularnos de que la suspensión de las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE hayan hecho posible que el Estado se endeude creando un colchón para las familias y empresas ante la situación de emergencia pandémica. Sin embargo hemos  sido crítidos con la insuficente disposición del Gobierno del Sr. Pedro Sánchez a adoptar medidas de gasto discrecional más ambiciosas. El aumento del endeudamiento público parece ser más bien el resultado del funcionamiento de los llamados estabilizadores automáticos –los aumentos de gasto público derivados de la necesidad de atender prestaciones sociales en situaciones de crisis; las caídas en la recaudación que resultan de la depresión en la actividad económica– que de políticas fiscales de carácter discrecional.

Recordemos que el déficit público, per se, no nos dice nada acerda del posicionamiento fiscal de un gobierno. El déficit puede aumentar en una crisis debido al funcionamiento de los establizadores automáticos sin que el Gobieno tome ni una medida extraordinaria para responder. Nos dan más información acerca del posicionamiento fiscal las medidas de carácter discrecional. De la comparación de los datos de 2020 y 2019 en la tabla que recoge la cuenta no financiera de las administraciones públicas, que facilita el INE y reproducimos más abajo, podemos colegir que la mayor parte de la disminución de la renta disponible de las AAPP en 2020 se debió a caídas en la recaudación de impuestos sobre la producción y las importaciones netos de subvenciones (-3.205 millones de euro), impuestos corrientes sobre la renta y el patrimonio (-1.559 millones de euros), prestaciones sociales (-5.977 millones de euros) y transferencias corrientes netas que ha dejado de cobrar (-1.815 millones €).

Ha habido un cierto debate entre la ministra de Economía, Nadia Calviño, y la Comisión Europea a raíz de la publicaicón de un informe del Banco Central Europeo en el cual éste considera que es  “España, el país de la eurozona que menos apoyo fiscal prestó a la economía en 2020”. Leemos que

los autores del informe del banco central reconocen la dificultad de discernir los límites entre medidas discrecionales y estabilizadores automáticos en algunos casos, como el tratamiento de los Expedientes de Regulación de Empleo (ERTE). La Comisión Europea los considera parte de la actuación de los estabilizadores automáticos, reduciendo así el esfuerzo presupuestario de España al 1,3% desde el 5,5%.

 

los autores del informe del banco central reconocen la dificultad de discernir los límites entre medidas discrecionales y estabilizadores automáticos en algunos casos, como el tratamiento de los Expedientes de Regulación de Empleo (ERTE). La Comisión Europea los considera parte de la actuación de los estabilizadores automáticos, reduciendo así el esfuerzo presupuestario de España al 1,3% desde el 5,5%

En cambio

el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital” –que dirige Calviño– “estima el apoyo fiscal en un 5,5% del PIB, ya que en ese cálculo sí se recoge el esquema de los ERTE, que incluye la exoneración de cotizaciones a la Seguridad Social, así como el fondo a las regiones por el Covid de 16.000 millones de euros.”

Es cierto que, dado que es la primera vez que el Gobierno de España arbitra una medida de subvención de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo, podría considerarse este gasto un esfuerzo de carácter discrecional. Pero estamos seguros de que estas prestaciones están para quedarse y que deben tratarse en lo sucesivo como parte de los estabilizados automáticos.

Por otra parte el aumento de las remuneracoins a pagar a los asalariados aumentan un 5,7%. Restando las revisiones automáticas de salarios, quizá esto refleje la necesidad de contratar personal sanitario para gestionar la crisis pandémica aunque es una suposición, lo cual también podría incluirse en el catálogo de medidas discrecionales. El gasto en consumo final, que también podría indicar una cierta voluntad de ejercer políticas de estímulo discrecionales, aumentó un 6,4% respecto al año anterior.

Desconocemos el desglose de las transferencias netas de capital a pagar, pero puede suponerse que una parte sean subvenciones a empresas y otros entes para gestionar la emergencia pandémica o situaciones de crisis empresarial y otra se destine a la UE (por ejemplo para financiar la compra de las vacunas COVID-19 que gestiona la Comisión Europea). Quizá también se puedan considerar en parte medidas de carácter discrecional.

Sin embargo, ante la magnitud del descalabro económico experimentado por España, estos aumentos de gasto discrecional se nos antojan exceisvamente tímidos. Asimismo el escaso aumento de la inversión pública (formación bruta de capital fijo) nos sugiere que las AAPP españolas están a la expectativa de que caiga el maná del cielo en forma de fondos Next Generation EU. El gobierno del Sr. Pedro Sánchez parece remiso a actuar con decisión ante la mayor catástrofe sanitaria y económica de nuestra generación.

En el observatorio del tercer trimestre ya comentamos además que parecía que el Gobierno decidió retirar todos los estímulos a nuestra economía, suponemos que confiando en que la “salvación de la temporada turística” permitirían una recuperación milagrosa.

En conclusión, en el caso de las AAPP españolas, el extremado conservadurismo fiscal de los ministros Calviño, Montero y Escrivá, ha perpetuado los viejos reflejos de las políticas de austeridad y ha limitado enormemente el esfuerzo que debía haber hecho el Estado para impedir un colapso de la Economía, recuperar el deteriorado sistema sanitario que a duras penas a podido afrontar la panemia y sentar las bases para una fuerte recuperación económica. Da la impresión de que están esperando a unos fondos que, como hemos analizado en el Observatorio Lost Generation EU, aún tardarán en llegar. Ciertamente no los esperamos para 2021.

AAPP

Cuenta no financiera de las administraciones públicas de 2020 y 2019. Fuente: INE

Otros posts que pueden ayudar a entender la relación entre balances sectoriales.

http://www.redmmt.es/la-identidad-los-balances-sectoriales/ 

http://www.redmmt.es/entender-la-importancia-de-los-deficits-fiscales-analisis-grafico-de-la-relacion-macroeconomica-entre-ingresos-y-gastos/

La última divisa colonial de África: la historia del franco CFA

 


 

Sin soberanía monetaria efectiva ningún estado puede desarrollar políticas económicas que permitan la acumulación de capital y el pleno empleo de recursos y trabajadores.

 Tchundjang Pouemi.

 



En el año 1958 el General De Gaulle aterrizó en Conakri para explicar su proyecto de Comunidad francoafricana de naciones. Ese año debían organizarse referéndums en las colonias francesas en las que se plantearían dos opciones: pertenencia a la Comunidad o independencia. Quienes desafiaran a la metrópoli perderían toda posibilidad de recibir la ayuda o la colaboración francesas. “Independícense si quieren pero asuman las consecuencias”. Ahmed Sékou Touré, antiguo líder sindical, alcalde de Conakri, diputado en la Asamblea Nacional Francesa y vicepresidente del Consejo de Gobierno de Guinea tuvo la osadía de plantarse ante el general que había luchado por la libertad de Francia pero que al parecer no tenía ningún reparo en mantener bajo un dominio neocolonial a gran parte del continente africano. El dirigente africano respondió

no renunciamos ni renunciaremos jamás a nuestro legítimo y natural derecho a la independencia. Preferimos ser pobres en la libertad que ricos en la esclavitud.

De Gaulle lo tomó como una ofensa y Francia se tomaría su venganza.

En el referéndum el 95% de los guineanos votaron independencia, siendo la República de Guinea el único que tomó ese camino entre los nuevos estados africanos. Sékou Touré además decidió aproximarse a la URSS y China y países no alineados como Egipto. Guinea procedió a establecer su propio banco central y crear su nueva divisa. Los servicios secretos franceses no podían tolerar la afrenta y lanzaron la Operación Persil. En sus imprentas se imprimieron copias de los nuevos billetes guineanos y se inundó el país con dinero falsificado para desestabilizar la economía. Acompañada esta treta de otras maniobras contra ella, la economía guineana colapsó y nunca llegó a recuperarse. Francia y Guinea Conakri rompieron relaciones diplomáticas en 1965 y no las restablecieron hasta 1975. Guinea sin embargo se mantuvo firme y no se reintegró a la zona del franco. Pero Francia consiguió que otros países escarmentasen en cabeza ajena.

Esta historia y otras represalias francesas contra los países africanos que osaron enfrentarse a la hegemonía africana se recogen en Africa’s last Colonial Currency: The Story of the CFA Franc, un magnífico libro de Ndongo Samba Sylla y Fanny Pigeaud, que nos explica en detalle la historia monetaria reciente de los países africanos sometidos antiguamente al poder colonial francés.

La opinión pública española ha oído hablar de la Unión Monetaria Europea pero quizá ignore que, de facto, integran esta unión monetaria los países africanos que antiguamente fueron colonizados por Francia. Existen dos uniones monetarias en África, la Unión Económica y Monetaria de África Occidental (UEMOA) integrada por Senegal, Togo, Benin, Burkina Fasso, Costa de Marfil, Guinea Bissau, Mali y Níger y la Comunidad Económica y Monetaria de África Central (CEMAC) que abarca a Camerún, Chad, Gabón, Chad, la República Centroafricana, la República del Congo y la antigua colonia española Guinea Ecuatorial. Ambas uniones económicas y monetarias cuentan con sus bancos centrales, en cuyos consejos se sientan representantes del Tesoro Francés, que emiten su respectivo franco CFA. El mismo acrónimo pero CFA en la UEMOA significa Comunidad Financiera Africana y Cooperación Financiera en África Central. El acrónimo se heredó del primitivo Colonias Francesas de África lo cual nos da pistas acerca de la función contemporánea de ambos francos CFA.

 



Tomado de Wikipedia

 

Los estados africanos alcanzaron su independencia política de sus antiguos amos coloniales europeos entre los años 60 y 70 pero Francia consiguió mantener su hegemonía en sus antiguas colonias con el diseño de una divisa que sobre todo sirve a sus intereses económicos.

Sylla y Pigeaud nos guían a través de la historia de la introducción de la moneda francesa en sus colonias y el establecimiento del franco CFA como mecanismo para asegurar que una Francia debilitada tras la Segunda Guerra Mundial pudiera retomar el control de sus colonias. Se creó con un tipo de cambio sobrevalorado respecto al franco metropolitano que favorecía sus exportaciones y dificultaba el desarrollo de industrias locales.

Tras narrar los aspectos más turbios de las represalias francesas contra las naciones que se atrevían a salirse del guion que les marcaba la metrópoli, los autores nos explican los cuatro principios sobre los que se asientan estas uniones monetarias.

  • 1.       Libre movimiento de capitales;
  • 2.       Tipo de cambio fijo con el euro pese a que la paridad vigente quizá no sea la más conveniente para la competitividad de esos países.
  • 3.       Convertibilidad con el euro que cuenta con la garantía de Francia. Pero para cambiar francos CFA por otras divisas primero hay que convertir el importe a euros.
  • 4.       Centralización de las reservas de divisas. Los países miembros de la UEMOA y de la CEMAC  tienen que depositar gran parte de sus reservas de divisas que obtienen por exportaciones en el Tesoro de la República Francesa.

Todas las operaciones de compensación internacional de pagos se deben realizar a través de una cuenta de operaciones que controla el Tesoro francés. En esta cuenta se depositan también las reservas de divisas de los estados miembros de la CEMAC y la UEMOA. De esta manera Francia se asegura el control del sistema monetario. La convertibilidad que garantiza Francia queda vacía de contenido puesto que tiene capacidad de imponer acciones correctoras previas que podrían implicar su activación.

Sylla y Pigeaud nos explican cómo el sistema mantiene a Francia al timón de un sistema monetario al servicio de sus intereses económicos en África (Françafrique). Francia devalúa las divisas africanas cunado le conviene sin tener en cuenta las consecuencias para los países afectados para eludir su compromiso de sostener el tipo de cambio con el euro. En definitiva su garantía es un brindis al sol sin consecuencias prácticas. Francia entra en la unión monetaria europea arrastrando a los países africanos que ahora se encuentran en la zona euro compartiendo su divisa con países mercantilistas como Alemania lo cual socava su competitividad. Francia impone sus acuerdos a la zona euro y, a la vez, los países africano acaban padeciendo un diseño institucional que es calco del de la zona euro –bancos centrales independientes, condiciones de convergencia, comiteés de convergencia de la zona franco– pero sin las mínimas apariencias de soberanía democrática que intentan presentarse a los países europeos.

Nos aclaran también por qué obstaculiza el desarrollo económico de los países africanos por ejemplo dificultando sus exportaciones, impidiendo el desarrollo de mercados de crédito locales y los procesos de acumulación de capital o el desarrollo de políticas públicas de desarrollo que permitan movilizar plenamente sus recursos económicos. Los autores concluyen analizando un status quo que es insostenible pero que, como podíamos sospechar por nuestra experiencia en España con el euro, cuenta con numerosos valedores —economistas, organismos multilaterales, elites oligárquicas— que lo respaldan con manidos argumentos sobre las ventajas de la estabilidad monetaria. Estos argumentos por supuesto ignoran la estabilidad que de verdad importa: la de los hogares africanos que ven cómo, década tras décadas, sus proyectos vitales quedan cercenados por el subdesarrollo condenando a muchos a buscarse la vida fuera de sus fronteras. El hecho de que estos países sean gobernados por regímenes con dudosas credenciales democráticas, sobre cuyos dirigentes Francia puede ejercer en cualquier la amenaza de sacar dossieres confidenciales, facilita también la perpetuación de un sistema monetario que claramente no beneficia a la población y que debe ser superado.

Como alternativas contemplan una unión monetaria auténticamente africana o una ruptura en monedas nacionales manteniendo un espíritu de colaboración entre los estados.

¿Por qué es importante hablar del sistema monetario africano? El economista Bernard Lietaer relató que en cierta ocasión, el Nobel Paul Krugman le hizo el siguiente consejo profesional:

–¿Nunca te dijeron? Nunca toques el sistema monetario…puedes tocar todo los demás, pero nunca toques el sistema monetario. Puedes despedirte del Nobel…si tocas el sistema monetario.

Hablar de sistemas monetarios molesta a las élites. Es demasiado incómodo.

La soberanía monetaria no es una cuestión trivial y, sin embargo, la mayoría de los economistas lo tratan cómo un tabú. Si vive Vd. en un estado que ha renunciado al pleno ejercicio de su soberanía monetaria pregúntese por las causas, quién sale ganando y quién sale perdiendo, quiénes lo justifican como si fuera un bálsamo de fierabrás para todos los males patrios porque aporta “estabilidad” y, sobre todo, si de verdad su estado está garantizando un nivel de vida digno y oportunidades para su ciudadanía. Son preguntas demasiado importantes como para pretender que el sistema monetario es una cuestión que debe dejarse en manos de los expertos.

Con una magnífica introducción del economista Bill Mitchell, este libro se encuentra en lengua inglesa, publicado por Pluto Press, y en francés con el título L’Armé Invisible de la Françafrique, Un histoire du franc CFA, publicado por Éditions La Découverte


Fanny Pigeaud es una periodista independiente que colabora habitualmente con Médiaparte y cubre temas africanos y sobre las relaciones francoafricanas. También es autora del libro A Decade of Cameroon (Brill, 2019).

 

El Dr. Ndongo Samba Sylla es un economista Senegalés especializado en economía del desarrollo. Ha trabajado como asesor técnico de la presidencia de la República de Senegal. Actualmente es un gestor de un programa de investigación en la oficina de África Occidental de la Fundación Rosa Luxemburgo en Dakar. Sus publicaciones abarcan temas tales como el comercio justa, los mercados de trabajo en países en vías de desarrollo, los movimientos sociales, la teoría democrática y la soberanía económica y monetaria.