Páginas

MMT University

domingo, 13 de diciembre de 2015

El programa económico de Ciudadanos: esa sensación de “déjà vu”


Artículo escrito por Esteban Cruz Hidalgo y Stuart Medina Miltimore y publicado en la sección Luces Rojas de Infolibre. 

Las premisas básicas del programa económico de Ciudadanos fluyen de forma que es difícil discrepar: necesitamos competir en un mundo globalizado, luchar contra la precariedad laboral, acabar con el capitalismo de amiguetes y con el despilfarro público. Estas cuestiones responden a lo que la mayoría considera de sentido común, de las que surgen las medidas destinadas a la creación de empleo que aquí brevemente analizamos. «¡Hay que avanzar hacia el modelo danés!», exclaman, introduciéndonos a un concepto que tildan de rompedor: la “flexiseguridad”. El triángulo de oro a los daneses les funciona, pero, ¿lo haría igual para nuestra estructura económica e institucional? ¿Es que el mercado laboral puede entenderse separado del funcionamiento del mercado de bienes y servicios? Evidentemente no nos parecemos mucho a los “latinos del norte” como llaman a los daneses; y en el planteamiento de una fuerza laboral cuyo mercado se autorregula como cualquier otra mercancía subyace una visión muy ortodoxa de cómo funciona la economía. Aseguran que su programa está construido «desde la sensatez y la confianza»,  lo que en términos generales significa que no se han desviado ni un ápice de los principios que en materia económica nos han llevado hasta la situación actual, vamos a verlo.
El programa de C’s responde nítidamente al canon neoliberal dominante. No pudimos evitar la impresión de haberlo leído antes. La doctrina, el lenguaje, incluso el estilo recuerdan a los informes surgidos de la Comisión Europea. Por ejemplo, consulten el “Country Report Spain 2015 Including an In-Depth Review on the prevention and correction of macroeconomic imbalances”. Busquen las siete diferencias.
Desde el preámbulo hasta el final del epígrafe nos vamos encontrando de forma reiterativa con los aspectos fetiche de una gestión de la economía responsable: formación, competitividad y emprendimiento. Preocuparse únicamente por los ingredientes por el lado de la oferta dejan hueca la receta para salir de la crisis, unos cimientos muy débiles para el objetivo que se proponen: un modelo de crecimiento a largo plazo sostenido por la innovación.
Las herramientas que integran la estrategia de formación parecen ir en línea de evitar los chanchullos del sistema actual, señalando a la patronal y sindicatos. El desempleado pasaría a recibir la ayuda en forma de bonos que podrá destinar a los cursos que él elija, compitiendo las empresas que ofrezcan los diversos cursos por atraerlo. Para esta medida proponen elevar el dinero que se destina para asegurar su éxito, pero además el trabajador parado será orientado en la búsqueda de empleo por agencias privadas de colocación a través de un servicio de empleo individualizado con perfiles curriculares. Aquí tenemos una gran oportunidad de negocio privado para que unos pocos se forren mareando a los desempleados en la búsqueda de empleos que no existen.
Ciudadanos reconoce que el «estigma asociado a una experiencia continuada en el desempleo se ve reforzado por la carencia o depreciación de las competencias necesarias para su reintegración laboral». No podemos estar más de acuerdo. Sin embargo discrepamos de la clásica receta que culpabiliza al parado y que trata de exponer el problema del desempleo a nivel microeconómico, como consecuencia de un sistema de incentivos mal planteado. El problema del desempleo no es la formación, ni las leyes laborales, ni la prolija normativa burocrática. Fiarlo todo a las políticas de oferta no resolverá el problema. Es un problema de falta de demanda y de expectativas de beneficios en los mercados de bienes y servicios que llevan al empresario a no ampliar su capacidad de producción y por tanto, a no contratar trabajadores.
Mientras esperamos a que estas personas, cada vez más formadas, encuentren trabajo gracias a una futura reactivación. ¿De qué van a vivir si ya no cobran una prestación de desempleo? Al final, si, sorprendentemente, las políticas activas de empleo no funcionan para algún zoquete, para este colectivo, Ciudadanos transige con una “Renta de Reintegración”, percepción condicionada a que el desempleado, obedientemente, siga dedicando su tiempo a más formación.
También hay soluciones para los bajos salarios y la precariedad laboral. La segunda propuesta estrella de Ciudadanos es crear un marco laboral que elimina la temporalidad, que en la práctica convierte todos los contratos en temporales. Es lo que llaman pedantemente el marco de «relaciones laborales 2.0». El contrato temporal se sustituye con el “contrato para la igualdad de oportunidades”. La clave está en la “flexibilidad empresarial” combinado con la “estabilidad laboral”.  Las indemnizaciones por despido se sustituyen por la “cuenta individual para el despido”, una retención del salario equivalente al 1% de su salario. Ya no son todos los trabajadores en activo quienes aseguran al trabajador despedido, es el seguro contratado por el empresario el que cubre esa contingencia mediante un instrumento de ahorro forzoso impuesto al trabajador. Además el empresario ya no asume el coste de indemnizar al trabajador despedido sin causas objetivas. Aquí detectamos otra gran oportunidad de negocio privado, en este caso para el sector financiero al cual se confiaría la gestión del seguro.
Para acabar con los salarios bajos proponen un “Complemento de Garantía Salarial (CSG)” que cobrarían las rentas que no superen un determinado umbral como una bonificación en el impuesto sobre la renta. Nuestra principal pega al CSG es que acabe funcionando como una subvención para que los empresarios igualen por abajo los salarios.
El programa aborda una reforma de los impuestos directos que los simplifique para reducir oportunidades de evasión fiscal, aumentar la recaudación fiscal y recuperar a las clases medias trabajadoras. Dentro de este último objetivo encajaría el CSG pero recalcamos que es para las clases trabajadoras porque, si usted no está empleado, no lo percibirá, es decir pensionistas y desempleados no se beneficiarán del CSG. El desbrozo de nuestro sistema fiscal es una asignatura pendiente que aplaudimos pero, caveat emptor, las más beneficiadas por la reducción de tipos en la escala de gravamen que propone C’s son las rentas muy altas.
Otro pilar de Ciudadanos son las reformas estructurales destinadas a competir en un mundo globalizado. No se trata de «reindustrializar siguiendo patrones obsoletos» —suponemos que se refieren a las políticas que tanto éxito tuvieron en toda Europa en los años 50 y 60 y que llevaron a una situación de pleno empleo—. Aquí C’s descubre el Orinoco y, de paso, que el problema del tejido empresarial es que predominan las PYMES con escasa capacidad de innovación. Para resolver este asunto proponen fórmulas de colaboración público-privada, poniendo los Organismos Públicos de Investigación al servicio de las empresas a través de lo que llaman la “Red Cervera”. ¿En qué difiere esto de lo que se lleva haciendo en esta materia en los últimos veinte años? Sorprendentemente, tras loar las excelencias de la I+D el programa profundiza en determinados sectores. ¿Cuáles? Los de siempre, turismo y agroalimentario.
En este epígrafe destinado a la innovación son continuas las referencias a Estados Unidos, pero se olvidan quizás de lo más importante: la potentísima implicación del Estado en la innovación, no solo para apoyarla, sino para liderarla. Nos aclaran que las empresas en España no crecen hasta el mismo tamaño que en otros países, lo cual se achaca ¡a la excesiva regulación! Nos descubren que los emprendedores pasamos horas y horas haciendo trámites y papeleos, y que nos da miedo crecer. La solución que sugieren son las ventanillas únicas, unificación de trámites, etc. La pregunta que nos hacemos es ¿dónde ha estado viviendo el principal artífice de este programa todos estos años? Uno de los firmantes de este artículo constituyó su empresa en menos de 48 horas gracias a la figura de la SLNE hace 11 años. Siempre es bueno que nos reduzcan los trámites burocráticos, pero lo determinante para la actividad es una reactivación de la demanda, tener expectativas de beneficios.
Para fomentar la innovación C’s plantea fomentar esos mismos préstamos blandos que cargan a las empresas de deudas y luego las llevan a concurso de acreedores. También nos aclaran que las empresas no sabemos buscar el dinero. Supongo que los autores no han sido emprendedores tecnológicos: no es que no sepamos, es que no existen fuentes de financiación. Pero la excusa es buena para introducir otro programa de formación, éste para el emprendedor. Empresario, si Vd. vota a Ciudadanos no sabemos si encontrará capital y negocio, lo que sí sabemos es que no le van a quedar horas para dedicar a otra cosa que no sea formación. En una apuesta menos alejada de la realidad que la del plan Juncker, proponen la aportación de fondos públicos a través del ICO con match funding en cumplimiento del sacramento neoliberal de que el Estado necesita la sabia guía de la iniciativa privada pues no sabría tomar decisiones de inversión.
Una propuesta interesante es que los créditos fiscales generados por la actividad de I+D que no puedan ser aprovechados por el empresario por estar en situación de pérdidas puedan ser transmitidos al fondo de inversión. La idea sin duda merece alguna atención aunque, de nuevo, parece que los autores no se han leído la Ley del Emprendedor que, en determinados supuestos, permite solicitar el abono de la deducción a la Administración Tributaria. El olvido de esta Ley lo revela la sugerencia de introducir incentivos para el establecimiento de profesionales extranjeros con visas exprés y un paquete de recibimiento (entendemos que los exiliados sirios no podrían beneficiarse de estas ayudas). Los autores de ésta análisis preferiríamos un plan para recuperar a los miles de investigadores españoles con talento que han tenido que largarse de este país.
Entre los autónomos detectan una baja tasa de supervivencia y una escasa vocación emprendedora, ignorando que se trata de autoempleo de parados desanimados. ¿Solución? De nuevo, más formación. También sugieren que los autónomos con ingresos inferiores al Salario Mínimo Interprofesional no tengan que darse de alta ni paguen cuotas de Seguridad Social. Está bien, pero en nuestra opinión, el objetivo sería que no hubiera nadie en esa situación; no legalizar el mercado negro de trabajo. No obstante, como proponen unificar los inspectores de Hacienda con los de trabajo nos tememos que el efecto final sea que se siga persiguiendo el fraude fiscal y cada vez menos el fraude laboral.
¿Y de la moneda común? Que hace falta «más Europa», lo que significa que los países del Sur debemos comprometernos «con seriedad a un programa de reformas estructurales» y racionalizar el gasto de las administraciones a todos los niveles tal y como se expone en las recomendaciones de la Comisión Europea para España. A cambio, los países del Norte mostrarán su solidaridad con nosotros con un fondo de desempleo que se destinará íntegramente —sí, lo han adivinado— a financiar programas de formación.
En fin, que si como predicen las encuestas, Ciudadanos es determinante en el nuevo Gobierno, seguiremos teniendo una de las tasas de desempleo más elevadas entre los países de la OCDE y nuestra marcha dependerá de estímulos externos. El “más difícil todavía” si, como dice el FMI, todos los países acometen políticas de austeridad y de devaluación interna. Olvidémonos de una política expansiva que conecte el gasto fiscal y las inversiones en innovación a través de un sector público fuerte y una estructura del euro funcional.
No negamos el papel emprendedor del sector privado, pero creemos que es preciso superar el desprestigio del Estado como enemigo de la empresa si queremos salir de la crisis. Las resistencias hacia la relación de simbiosis entre el sector público y privado parte de una ideología interesada en extraer unos beneficios privados más elevados para unos pocos a costa de reducir el bienestar del conjunto de la sociedad, es decir, en mantener una relación parasitaria. Un planteamiento coherente con el funcionamiento de los balances sectoriales se apoya en la visión de un Estado que dinamiza la economía y sirve al bienestar social mediante la ampliación y creación de mercados y la satisfacción de necesidades sociales, contribuyendo al objetivo de pleno empleo y al aumento de la riqueza total. Para financiar el crecimiento no solo hay que ser inteligente, sino también inclusivo.
Una economía dinámica no puede sobrevivir a la incertidumbre sumida en la desigualdad y el despilfarro de recursos, pues es la expectativa de realización sobre los beneficios futuros lo que lleva a las empresas a invertir e innovar, aumentando su capacidad productiva e impulsando los cambios tecnológicos radicales. Las medidas expuestas en el programa de Ciudadanos deberían complementarse con otras que activen el papel fundamental de la demanda para su éxito, lo que hace necesario repensar el papel del Estado en la economía. Si llevamos veinte años desarrollando políticas similares sin resultados, ¿qué nos hace pensar que ahora sí van a funcionar? ¿O volveremos a crear una nueva ilusión de prosperidad cubriéndonos con alguna burbuja?
Esteban Cruz Hidalgo es Licenciado en Economía y Máster en Investigación en Ciencias Sociales y Jurídicas, especialidad Economía, Empresa y Trabajo. Miembro da ATTAC Extremadura, del Instituto de Economía Política y Humana y de La Asociación por el Pleno Empleo y la Estabilidad de Precios.
Stuart Medina Miltimore es vicepresidente de la Asociación por el Pleno Empleo y la Estabilidad de Precios. Además es economista y MBA por la Darden School de la Unversidad de Virginia. Acumula más de 30 años de experiencia profesional en los sectores de material eléctrico, TIC y biotecnología. Fundó en 2003 la consultora MetasBio desde la que ha asesorado a numerosas empresas de diversos sectores.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Quiere comentar la entrada o aportar algún dato? Me gusta oír lo que piensan mis lectores. No obstante, tengo que moderar los comentarios para evitar que trolls y faltones rebajen el tono del debate.