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lunes, 9 de enero de 2017

¿Qué es el dinero?: Parte IV

Las reservas bancarias

En un post anterior abordamos la cuestión de la creación del dinero bancario. En él vimos que el dinero bancario son los depósitos que esos abren a nombre de su clientes cuando conceden préstamos. Este dinero es un pasivo para los bancos.

Este post va a ser mucho más técnico. La cuestión que abordamos ahora es ¿qué clase de dinero utilizan los bancos? Por supuesto los bancos pueden tener depósitos abiertos en otras entidades financieras. Sin embargo, a diferencia de los demás ciudadanos, los bancos pueden abrir cuentas en el banco central. Estas cuentas se llaman 'cuentas de reservas'. 

Las cuentas de reservas son simplemente depósitos que mantienen los bancos en el banco central. Estas cuentas son un pasivo de esta entidad y un activo de las entidades financieras. Podemos decir que el banco central es el banquero de los bancos.

En la siguiente imagen aparece el lado del Activo del balance de un banco español, el Banc de Sabadell. He señalado la cuenta en la que figuran los saldos en caja (monedas y billetes) y los depósitos en bancos centrales. En esta partida se recogen las cuentas de reserva del Banc de Sabadell, en definitiva un tipo de depósito en el banco central.


Obviamente en el balance del Banco Central Europeo deben aparecer las cuentas de reserva como un pasivo. En la siguiente ilustración aparece parte del balance del Banco de España. Las reservas aparecen el epígrafe 2.1. Cuentas corrientes (incluidas las reservas mínimas). 


Los bancos procurarán mantener el nivel más bajo posible de reservas porque estas cuentas no ofrecen más rentabilidad que la que quiera pagar el banco central. Sin embargo los bancos necesitan mantener un saldo mínimo de reservas en primer lugar por una exigencia del regulador. En el Eurosistema,

las reservas mínimas se calculan aplicando un coeficiente, actualmente el 1%, llamado coeficiente de reservas o coeficiente de caja, a los saldos, a fin de mes, de determinados pasivos de las entidades de crédito, generalmente a plazos inferiores a dos años que, en conjunto, forman lo que se denomina base de reservas. Las reservas así determinadas se deben mantener durante un período de un mes y se remuneran al tipo de interés de las operaciones principales de financiación del Eurosistema. El período de mantenimiento de reservas se inicia a partir del día de la liquidación de la primera operación principal de financiación posterior a la reunión del Consejo en la que tomen decisiones de política monetaria. Una entidad cumple las exigencias de mantenimiento de reservas durante ese mes si la media de los saldos diarios en su cuenta en el banco central no es inferior a la cantidad exigida (Glosario de Política Monetaria. Página web del Banco de España).
Además los bancos pueden mantener un nivel de reservas para asegurar un nivel de liquidez mínimo. Estas reservas sirven para que los bancos compensen pagos entre ellos. Supongamos que un banco A tiene que depositar en cuentas de sus clientes transferencias y cheques procedentes de otro banco B. A su vez el banco B tiene que hacer lo propio con medios de pagos procedentes del banco A. Lo que hacen es saldar sus posiciones al final del día. Si tras saldar esas posiciones el banco A adeuda al banco B una cantidad de dinero lo que hará es ordenar la trasferencia de ese importe desde su cuenta de reservas en el banco central a la cuenta de reservas que mantiene el banco B.

Es importante entender que los bancos no se dedican a prestar reservas a los particulares. Cuando los bancos dan un préstamo crean nuevos depósitos, no están en ningún caso prestando las cuentas de reservas. Las cuentas de reservas son depósitos que mantienen los bancos en el banco central. Pueden transferir estos depósitos a otros bancos pero no a un particular u otra entidad que no sea miembro del sistema de bancos centrales.

La creación y destrucción de reservas


Las reservas bancarias forman parte de lo que se llama la 'base monetaria', que  está constituida por las monedas y billetes de curso legal en manos del pública y las cuentas de reservas. Al igual que los bancos pueden crear nuevos depósitos también el banco central tiene una capacidad de crear nuevas cuentas de reservas. Para entender el proceso de creación de nuevas reservas veamos de forma esquelética el balance de un banco central:

Activos (A)=Reservas (R) + Billetes en circulación (B) + Depósitos del Gobierno (DG)

Además de mantener las cuentas de reservas de los bancos los bancos centrales emiten los billetes de banco y mantienen las depósitos del estado. Una de las funciones históricas de los bancos centrales ha sido la de mantener las cuentas de los gobiernos. Si consultamos la página web del Banco de España encontraremos que entre sus funciones está la siguiente:

El Banco de España mantiene las cuentas en euros o en divisas del Tesoro y de las Comunidades Autónomas que así lo solicitan, realizando por su cuenta ingresos y pagos y, en general, desarrollando cualquier actividad bancaria del Gobierno central, de las autoridades regionales y locales o de cualquier otra institución pública. Esta actividad no puede dejar en descubierto ni proporcionar facilidades crediticias. 
El Banco de España, además, actúa como agente financiero de la deuda pública, contribuyendo con sus medios técnicos a facilitar los procedimientos de emisión, amortización y de gestión. 
El Banco de España tiene prohibida la compra directa de las emisiones de la deuda pública. Solo puede adquirir títulos públicos en los mercados para el ejercicio de sus tareas de intervención monetaria.
Los cambios en el balance del banco central se pueden representar con la siguiente ecuación:

ΔA=ΔR+ΔB+ΔDG

Si queremos estudiar los cambios en las cuentas de reservas podemos reordenar la expresión anterior de la siguiente manera:

ΔR=ΔA-ΔB-ΔDG

Por tanto las reservas de los bancos crecen (decrecen) cuando 1) aumentan (reducen) sus activos, 2) el público reduce (incrementa) las cantidades de efectivo que desea mantener o 3) el gobierno reduce (aumenta) sus depósitos en el banco central cuando hace transferencias al sector privado. Este último mecanismo forma parte de lo que hemos llamado circuito vertical del dinero. Examinemos este mecanismo en primer lugar.

La creación y destrucción de nuevas cuentas de reserva y el circuito vertical del dinero


En los estados dotados de soberanía monetaria una forma de crear esas reservas es el circuito vertical de creación de dinero que describimos en el post anterior. Cuando el estado hace un pago normalmente da una instrucción para que se adeude la cuenta que mantiene el Tesoro en el banco central y se abone la de su acreedor como haríamos cualquiera de nosotros al ordenar una transferencia a nuestro casero o a un comerciante. Esta instrucción genera un par de apuntes contables intermedios en el banco central: se adeuda el depósito del Tesoro en el banco central y se abona la cuenta de reservas del banco del beneficiario de la transferencia. Finalmente el banco privado adeuda su cuenta de reservas en el banco central y abona la cuenta de su cliente. De esta manera el estado ha creado nuevo dinero: un depósito bancario de una persona o entidad del sector privado ha aumentado su saldo y éste tiene su contrapartida en un aumento de la cuenta de reservas del banco privado. A primera vista esto resulta complicado de entender porque se produce una complicada secuencia de apuntes contables. Quizás le ayude al lector ver el impacto de una operación de pago de 100 euros del estado en los balances del tesoro, el banco central, el banco privado y el proveedor del estado.

A) En la contabilidad del tesoro se producen estos apuntes


B) En la contabilidad del banco central se registra el siguiente apunte contable.


C) En la contabilidad del banco privado "A" se registraría el siguiente apunte


D) Finalmente en la contabilidad del proveedor podríamos ver los siguientes apuntes registrados:



Es esta cuádruple contabilidad lo que ofusca lo que está ocurriendo sin embargo la mecánica de creación de dinero y de cuentas de reservas es sencillísimo y se puede representar en una hoja de cálculo.  Quizás a algunos lectores les resulte más clara esta representación gráfica de los cambios en los balances de cada uno de los cuatro agentes que intervienen en la transacción que figura a continuación.


En cualquier caso el resultado final de una decisión de gasto del estado es que se han creado nuevos depósitos en el sector privado y nuevas cuentas de reservas en el banco central. En sentido contrario, el pago de impuestos destruye el dinero creado a través del gasto público. Cuando un ciudadano paga sus impuestos su banco adeuda su cuenta corriente y abona la cuenta de reservas. El banco central adeuda la cuenta de reserva del banco y abona el depósito del tesoro en el banco central.

Es fundamental comprender que una característica del circuito vertical es que el gasto público incrementa la posición financiera neta del sector privado. Como consecuencia de una decisión de gasto del estado algún agente del sector privado se encuentra con un depósito bancario que antes no existía. A la inversa, los impuestos destruyen activos financieros netos del sector privado.

Si el estado incurre en un déficit es evidente entonces que estará añadiendo activos financieros netos al sector privado. Es decir, el déficit del estado es el ahorro del sector no gubernamental. En cambio, si incurre en un superávit estará reduciendo los ahorros del sector privado. Como el sector privado tiene una preferencia por mantener una posición financiera neta positiva lo normal históricamente es que los estados incurran en déficit fiscal casi todos los años.

En cambio el circuito horizontal, el relacionado con la creación de depósitos ligados al crédito bancario que examinamos anteriormente, no añade activos financieros netos al sector privado. ¿Por qué? Porque si el banco concede un préstamo a un particular también constituye un depósito por el mismo importe. Aunque el prestatario luego se gaste el saldo anotado en su nuevo depósito lo único que ocurre es que la titularidad de ese depósito será transferido a un tercero en el mismo o en otro banco. Sin embargo, a nivel agregado en el sector privado el crédito y los depósitos seguirán siendo del mismo importe aunque de signo contrario y por eso el saldo neto de activos financieros del sector privado será cero. Hay más activos financieros pero también hay más pasivos financieros.

Las emisiones de deuda pública


Teóricamente, si un déficit público se prolonga en el tiempo, eventualmente el saldo de los depósitos del estado en el banco central se volvería negativo. Es decir, en este caso el banco central consentiría que el estado tuviera un descubierto en cuenta. Sin embargo, muchos estados han establecido restricciones institucionales que prohíben a los bancos centrales la financiación del déficit del estado. Por ejemplo, el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea en su artículo 123.1 dice:
Queda prohibida la autorización de descubiertos o la concesión de cualquier otro tipo de créditos por el Banco Central Europeo y por los bancos centrales de los Estados miembros, denominados en lo sucesivo bancos centrales nacionales, en favor de instituciones, órganos u organismos de la Unión, Gobiernos centrales, autoridades regionales o locales u otras autoridades públicas, organismos de Derecho público o empresas públicas de los Estados miembros, así como la adquisición directa a los mismos de instrumentos de deuda por el Banco Central Europeo o los bancos centrales nacionales.
Para evitar los descubiertos, cuando el estado incurre en déficit, convencionalmente el tesoro emite deuda pública por importe equivalente al déficit fiscal. El efecto final es que la emisión de deuda en los balances de los bancos es que se reducen los saldos de sus cuentas de reservas y aumentan por valor equivalente los saldos en sus tenencias de títulos de deuda pública.

No existe ninguna razón científica que justifique la prohibición de los descubiertos más que la anquilosada práctica jurídica alemana impuesta a los demás estados europeos y el pensamiento económico obsoleto y convencional de los redactores de los tratados europeos. Se trata simplemente de vilipendiar el déficit público/ahorro neto del sector privado y condenar el gasto público como algo pecaminoso que debe ser evitado a toda costa. Veremos más abajo que, si es necesario, los bancos centrales comprarán estos mismos títulos de deuda pública para aumentar de nuevo el nivel de reservas. Lo único que cambia a efectos prácticos pues es la composición del activo de los bancos privados. Bueno, en realidad cambia algo más: donde antes los bancos, fondos de inversión, fondos de pensiones y otros inversores adinerados tenían unos depósitos que no pagaban intereses ahora tendrán títulos de deuda pública de la máxima solvencia y garantía que sí generan rentas. La prohibición de los descubiertos en el banco central no es enteramente inocente.

El suministro de reservas al sistema bancario


Anteriormente explicamos que otra causa de la variación en las reservas eran las variaciones de los activos del banco central. Estas variaciones tienen que ver con la política monetaria del banco central. Los bancos centrales modernos tratan de  determinar un tipo de interés a corto plazo de referencia. Este tipo suele ser el del mercado interbancario en el que unos bancos prestan sus reservas excedentarias a otros.Si hay un exceso de reservas los tipos de interés tenderán a bajar mientras que si hay una carencia de reservas los tipos de interés subirán. Para alcanzar su objetivo el banco central tendrá que acomodar el nivel total de reservas existentes en el sistema de bancos participantes en el sistema al nivel que lleve el tipo de interés interbancario al nivel que desea.

El banco central puede aumentar el nivel de reservas existentes en el sistema comprando activos financieros que se encuentran en las carteras de los bancos, normalmente títulos de deuda pública como las letras del Tesoro y los bonos del Estado. Esto tiene el efecto de aumentar el activo del banco central y su contrapartida, las cuentas de reservas, en el pasivo. Expresado mediante una ecuación:  ΔR=ΔA si hacemos ΔB=0 y ΔDG =0. 

Los bancos a su vez registrarán una variación en la composición de su activo: un aumento de sus cuentas de reservas y una reducción equivalente de sus inversiones de cartera. El banco central puede también crear cuentas de reservas abriéndoles a los bancos líneas de liquidez directamente. En este caso el banco central registra un préstamo en su activo y un aumento equivalente de reservas en su pasivo. Esta operación conseguirá que los tipos de interés del mercado interbancario caigan hasta el nivel deseado por el banco central.

La compra de títulos de deuda pública en el mercado secundario de paso significa también que el banco central puede determinar su precio y por tanto el rendimiento que ofrecen a los inversores. Por eso cuando en la prensa leemos que la prima de riesgo de la deuda pública de los estados del sur de Europa ha aumentado no debemos caer en el engaño de creer que ese precio refleja condiciones de mercado. Simplemente el Banco Central Europeo ha tomado la decisión política de no comprar suficiente deuda pública como para reducir su rendimiento.

A la inversa el banco central puede "drenar" reservas excedentarias en el sistema bancaria con operaciones inversas a las anteriormente descritas. Por ejemplo vendiendo títulos de deuda que tiene en su cartera a los bancos o desincentivando que los bancos acudan a las líneas de liquidez con un aumento de los tipos de interés que pide a cambio. En este caso el efecto es una reducción simultánea de los activos registrados en el balance del banco central y de las reservas en el pasivo. Estas operaciones permiten subir los tipos de interés hasta el nivel que desea el banco central.

Circulación de billetes


Por último las reservas bancarias pueden disminuir cuando el público desea aumentar sus tenencias de billetes de banco. Supongamos que una persona decide retirar efectivo de su cuenta bancaria. En este caso el banco los pedirá al banco central el cual los entregará cargando su importe en la cuenta de reservas de la entidad. Cuando el banco entrega los billetes a su cliente cargará a su vez el importe en la cuenta corriente de éste. De esta forma un aumento de los billetes en circulación produce una reducción de los niveles de reservas y de los depósitos bancarios.

La 'endogeneidad' de la oferta monetaria


En el sistema monetario moderno los bancos centrales no pretenden controlar el nivel de reservas. Durante la época del monetarismo, siguiendo los consejos de Milton Friedman, los bancos centrales intentaron fijar una tasa de crecimiento de las magnitudes monetarias en la creencia equivocada que había una relación constante entre base monetaria (monedas y billetes + cuentas de reservas) y oferta monetaria. Según los monetaristas y muchos economistas convencionales la oferta sería una variable exógena que podría determinar el banco central. El objetivo de las políticas monetaristas, que se intentaron aplicar sin éxito en los años 70 y principios de los 80, era controlar la inflación. Esta escuela postulaba la teoría cuantitativa del dinero que establecía una relación unívoca entre cantidad de dinero y crecimiento de los precios. En un post anterior expliqué que estas creencias eran erróneas y por qué el intento de controlar el crecimiento de las magnitudes monetarias fracasó.

La realidad es que la oferta monetaria es una variable endógena cuyo crecimiento depende de decisiones que toman los bancos y otros operadores financieros. En definitiva, cuando los economistas más simplistas hablan de que "imprimir billetes" es inflacionista ignoran que en realidad el fenómeno de la inflación es mucho más complejo y que la oferta monetaria puede aumentar como consecuencia de decisiones que toma el sector público pero también el sector privado.

Por tanto, actualmente los bancos centrales se dedican a acomodar el nivel de reservas para alcanzar un objetivo de tipo de interés. Por tanto, si un banco necesita aumentar sus cuentas de reservas siempre podrá acudir al banco central si no puede conseguirlas en el mercado interbancario. Los bancos centrales ya no se marcan objetivos cuantitativos sobre el nivel de reservas ni sobre ninguna magnitud monetaria.

En el siguiente post examinaremos dos mitos muy extendidos sobre las reservas bancarias y el funcionamiento de la banca: el mito del multiplicador del dinero y el mito de los fondos prestables.

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