Editorial publicado en RedMMT
Escrito por Redacción
Esta semana hemos conocido que la Comisión Europea ha sacado a Portugal del procedimiento abierto por déficit excesivo. Muchos progresistas han cantado albricias y explican la noticia como una prueba de la superior capacidad de gestión del gobierno de Costas, en coalición con los partidos de la izquierda, y lo contrastan con el hecho de que España, bajo la presidencia de un gobierno conservador y corrupto, siga incluido en el proceso de déficit excesivo. Hay un problema de corrupción, pero no es un problema de corrupción.
Creemos que tal posición es un grave error de apreciación. En Portugal la tasa de desempleo es del 10%, un guarismo alejadísimo del pleno empleo y que probablemente esconde una realidad social más trágica ya que no computa a los que han abandonado la búsqueda activa de empleo o han abandonado el país. En estas circunstancias la acción correcta es subir el déficit, no bajarlo. El gran economista Abba Lerner desarrolló el concepto de finanzas funcionales para determinar la política fiscal adecuada a la consecución de los objetivos de pleno empleo y estabilidad de precios:
El principio de juzgar por los efectos ha sido aplicado a muchos otros campos de la actividad humana, se conoce como el método científico que se opone al escolástico. El principio de juzgar las medidas fiscales por la forma en que operan o funcionan en la economía podríamos llamarlo Finanza Funcional.
Esto llevó a Abba Lerner a definir una simple regla para un gobierno que trata de maximizar el bienestar de la sociedad:
Si existe desempleo es conveniente reducir impuestos o aumentar el gasto. Si hay un exceso de demanda de forma que hay pleno empleo con precios al alza que amenaza con inflación la política adecuada es la contraria. Esta es la primera ley de las finanzas funcionales. (Selected Economic Writings of Abba P. Lerner, 1983)
Las finanzas funcionales dejan sin efecto los principios de las finanzas “responsables” en los que creen las autoridades de Bruselas. Atenerse a las insensatas reglas fiscales impuestas en el Tratado de Maastricht es plegarse a una ideología obsoleta y conservadora que antepone ridículos objetivos presupuestarios basados en una fracción (déficit fiscal en porcentaje del PIB) carente de significado y adverso al bienestar del pueblo.
Lamentamos que el Gobierno socialdemócrata de Portugal haya renunciado a las señas de identidad de la izquierda plegándose a irrelevantes reglas de “decoro” fiscal que solo sirven a intereses oligárquicos. Este tipo de actitudes han caracterizado la gestión de los acomplejados partidos socialdemócratas que han preferido someterse a los dogmas del pensamiento neoliberal antes que defender con convicción políticas a favor de la mayoría social que acaben de una vez con la lacra del desempleo en el sur de Europa.
Pedimos a los partidos progresistas de Europa que despierten ante los cantos de sirena a ritmo de fado que llegan desde Portugal y tengan el coraje de presentar un discurso alternativo, enfrentándose a las autoridades de Bruselas si fuese menester. La prioridad es el pleno empleo, y si hay que despojarse de un Banco Central Europeo que mira hacia otro lado forzando la austeridad presupuestaria y obviando el sufrimiento social a favor de unas estructuras de poder que nos esquilman, no queda más opción que dotarse de soberanía monetaria y abandonar este diseño disfuncional y sus frugales apariencias de cambio.
Escrito por Redacción
Esta semana hemos conocido que la Comisión Europea ha sacado a Portugal del procedimiento abierto por déficit excesivo. Muchos progresistas han cantado albricias y explican la noticia como una prueba de la superior capacidad de gestión del gobierno de Costas, en coalición con los partidos de la izquierda, y lo contrastan con el hecho de que España, bajo la presidencia de un gobierno conservador y corrupto, siga incluido en el proceso de déficit excesivo. Hay un problema de corrupción, pero no es un problema de corrupción.
Creemos que tal posición es un grave error de apreciación. En Portugal la tasa de desempleo es del 10%, un guarismo alejadísimo del pleno empleo y que probablemente esconde una realidad social más trágica ya que no computa a los que han abandonado la búsqueda activa de empleo o han abandonado el país. En estas circunstancias la acción correcta es subir el déficit, no bajarlo. El gran economista Abba Lerner desarrolló el concepto de finanzas funcionales para determinar la política fiscal adecuada a la consecución de los objetivos de pleno empleo y estabilidad de precios:
El principio de juzgar por los efectos ha sido aplicado a muchos otros campos de la actividad humana, se conoce como el método científico que se opone al escolástico. El principio de juzgar las medidas fiscales por la forma en que operan o funcionan en la economía podríamos llamarlo Finanza Funcional.
Esto llevó a Abba Lerner a definir una simple regla para un gobierno que trata de maximizar el bienestar de la sociedad:
Si existe desempleo es conveniente reducir impuestos o aumentar el gasto. Si hay un exceso de demanda de forma que hay pleno empleo con precios al alza que amenaza con inflación la política adecuada es la contraria. Esta es la primera ley de las finanzas funcionales. (Selected Economic Writings of Abba P. Lerner, 1983)
Las finanzas funcionales dejan sin efecto los principios de las finanzas “responsables” en los que creen las autoridades de Bruselas. Atenerse a las insensatas reglas fiscales impuestas en el Tratado de Maastricht es plegarse a una ideología obsoleta y conservadora que antepone ridículos objetivos presupuestarios basados en una fracción (déficit fiscal en porcentaje del PIB) carente de significado y adverso al bienestar del pueblo.
Lamentamos que el Gobierno socialdemócrata de Portugal haya renunciado a las señas de identidad de la izquierda plegándose a irrelevantes reglas de “decoro” fiscal que solo sirven a intereses oligárquicos. Este tipo de actitudes han caracterizado la gestión de los acomplejados partidos socialdemócratas que han preferido someterse a los dogmas del pensamiento neoliberal antes que defender con convicción políticas a favor de la mayoría social que acaben de una vez con la lacra del desempleo en el sur de Europa.
Pedimos a los partidos progresistas de Europa que despierten ante los cantos de sirena a ritmo de fado que llegan desde Portugal y tengan el coraje de presentar un discurso alternativo, enfrentándose a las autoridades de Bruselas si fuese menester. La prioridad es el pleno empleo, y si hay que despojarse de un Banco Central Europeo que mira hacia otro lado forzando la austeridad presupuestaria y obviando el sufrimiento social a favor de unas estructuras de poder que nos esquilman, no queda más opción que dotarse de soberanía monetaria y abandonar este diseño disfuncional y sus frugales apariencias de cambio.
Hola, muchas gracias por el blog.
ResponderEliminarAl hilo de lo comentado, en Madrid también se jalea y se saca pecho la disminución y pago de la deuda realizados por el gobierno actual. Me choca que unos de los que manifiestan este entusiasmo sean los hermanos Garzón, el menor de los cuales asiste al concejal de economía si no estoy equivocado.
Tanto Alberto como Eduardo se nos presentan, de un tiempo a esta parte, como el mascarón de proa de la MMT en España ¿no es esto contradictorio?
Me gustaría saber su opinión.
Muchas gracias.
Un saludo
Tanto Eduardo Garzón como yo somos miembros de Red MMT. No creo que Alberto Garzón tenga el mismo grado de conocimiento ni compromiso con la TMM pero no puedo hablar por él. Ciertamente no considero a Alberto el mascarón de proa de la TMM en España. Creo que lo que diferencia a Eduardo de quienes podemos hablar libremente es estar sometido a una disciplina de partido que le obliga a mantener una consistencia con el discurso de Sánchez Mato y su equipo de gobierno. No puedo hablar por Eduardo Garzón pero en su último libro "Desmontando los mitos económicos de la derecha" dice que "vergüenza e indignación es lo que deberíamos sentir todos cuando observamos la obsesión de la Comisión Europea por que todos los países reduzcan el déficit público: vergüenza porque sus premisas y proclamas son falsas y equivocadas y las venden como verdades absolutas (y los grandes medios de comunicación se hacen eco de ellas sin verter un ápice de crítica); indignación porque detrás de estas exigencias de política económica se esconde el particular interés de reducir el tamaño del sector público todo lo posible a favor de aumentar el tamaño del sector privado, independientemente del coste social y ecológico que ello pueda conllevar"(pag. 125). Así pues creo que Eduardo comprende las finanzas funcionales perfectamente.
EliminarYo mismo he criticado esa posición del grupo de gobierno en el Ayuntamiento de Madrid aunque en su descargo he de decir que 1) la ley de Estabilidad Presupuestaria obliga al equipo de gobierno del Ayuntamiento de Madrid a actuar de esa manera y supongo que estarán haciendo de la necesidad virtud y 2) un ayuntamiento no es un emisor de moneda sino un usuario lo cual le impone muchas limitaciones que son consistentes con la TMM.
Solo un estado soberano emisor de moneda puede mantener un déficit de forma permanente, situación que no corresponde ni siquiera al estado español actualmente. Las administraciones locales deben recurrir a los impuestos o a las emisiones de deuda para financiarse y están sometidas al riesgo de insolvencia. Los estados portugués y español han conseguido por ahora que el BCE compre su deuda lo cual les permitiría sostener un déficit incluso mayor si no fuera por la amenaza implícita de que perderán ese apoyo si no actúan de forma fiscalmente "responsable". Sin embargo, considero mi deber criticar que la izquierda se someta a los postulados de la derecha y del pensamiento neoclásico en cuestiones de política fiscal. También pienso que es mi deber exigir a los gobiernos de la periferia europea hacer frente a los límites que les imponen unos funcionarios dogmáticos y cuestionar agresivamente las limitaciones absurdas del Tratado de Maastricht. He hablado repetidamente de la necesidad de salir del euro pero aquí predico en el desierto. Desgraciadamente la población general lleva demasiado tiempo siendo instruida acerca de lo que debe ser un comportamiento fiscal virtuoso y ha sido adoctrinada sobre el proyecto europeo y la moneda común. Necesitamos que la población entienda que un gobierno no es un hogar, la importancia de que exista un déficit fiscal tan amplio como sea necesario y los enormes fallos de diseño en la unión monetaria europea. Lamento decir que incluso entre los líderes de los partidos de izquierda la comprensión de los sistemas monetarios modernos y de la necesidad de los déficit fiscales es muy limitada. Es importante que personas como usted entiendan estos problemas y que la cultura financiera de la población se haga más elaborada para que los políticos progresistas empiecen a responder a una exigencia de la ciudadanía. Pero vivimos en un entorno corrompido por cuatro décadas de predominio neoliberal y cambiar eso no se hace en dos días.