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viernes, 18 de mayo de 2018

El análisis de balances sectoriales cuando el sector privado quiere ahorrar

Hace unos días lanzaba esta encuesta en Twitter:

Si el sector privado de un país desea ahorrar o reducir su endeudamiento pero sus socios comerciales aplican políticas mercantilistas y no quieren reducir su superávit comercial entonces el saldo fiscal debe ser:

a) Deficitario

b) Superavitario

c) Equilibrado

d) Da igual


Recibí 30 respuestas distribuidas como sigue:

67%Deficitario
13%Superavitario
00%Equilibrado
20%Da igual

Enhorabuena a los que respondieron "Deficitario". La explicación reside en la llamada identidad de balances sectoriales que fue inicialmente descrita por el profesor de la Universidad de Cambridge Wynne Godley. Esta identidad parte del análisis de las magnitudes macroeconómicas. En macroeconomía es útil analizar lo que llamamos los sectores institucionales y las relaciones entre ellos. Tradicionalmente distinguimos el sector privado doméstico (que a su vez se puede desagregar en hogares, empresas y entidades financieras), las administraciones públicas y el sector exterior.

Por definición el Producto Interior Bruto (PIB) es la suma de todos los bienes y servicios que produce una economía en un año. Estos se destinan al consumo, el gasto público, las exportaciones o la inversión. Escrito en forma matemática podemos establecer la siguiente ecuación para el PIB desde el punto de vista del gasto.

PIB≡C+G+X+I-M

Donde 
C= Consumo
G=Gasto público
X= eXportaciones
I= Inversión
M=iMportaciones
Observen que en la ecuación del PIB utilizamos el símbolo ≡ que expresa una identidad y no el signo =.

Por otra parte todos los gastos tienen que ser forzosamente el ingreso de alguien. Por tanto el PIB es igual a las rentas de todos los agentes que han participado en el proceso productivo. Cuando queremos estudiar el ahorro o desahorro de sector es más útil el Producto Nacional Bruto (PNB), que es igual al PIB más las rentas primarias (alquileres, dividendos, royalties, intereses, salarios por trabajos realizados para no residentes, etc.) percibidas por el uso de nuestros factores productivos en el extranjero menos las rentas primarias pagadas a extranjeros. Es decir:

PNB≡PIB+Rx≡C+G+X+I-M+Rx


Sumano y restando los impuestos netos de subvenciones “T” sobre la producción y las importaciones (los impuestos especiales, el IVA o los impuestos especiales) y reorganizando los términos obtenemos la siguiente expresión:

(PNB-C-T-I)+(T-G)+(X-M+Rx)≡0
El primer término entre paréntesis representa la capacidad de financiación o el ahorro neto del sector privado (es decir, lo que queda de su renta disponible después de realizar inversiones y su gasto en consumo), el segundo es simplemente el déficit público y el tercero el saldo de la balanza comercial. En definitiva unos sectores pueden tener una capacidad y otros una necesidad de ahorro pero el saldo de todos tiene que ser forzosamente igual a cero.
Volvamos a la pregunta inicial. Si el sector privado tiene un deseo de ahorrar, es decir de gastar menos de lo que ingresa, para que se mantenga la identidad contable otro sector tendrá que estar dispuesto a endeudarse. Un ejemplo reciente es el comportamiento del sector privado español después de la crisis. Como las familias y empresas estaban muy endeudadas los bancos decidieron que no convenía seguir concediendo préstamos. Esto, unido al aumento del paro, llevó a las familias y empresas a reducir su consumo. La falta de expectativas empresariales también causó una caída de la inversión. En definitiva el sector privado español se vio forzado a ahorrar.
¿Qué sector podría acomodar este deseo o necesidad del sector privado? Uno podría ser el exterior, es decir, se podrían dar las siguientes posibilidades:
  • que los extranjeros decidieran importar productos españoles consumiendo la parte de la producción que el sector privado no pudiera adquirir;
  • que las empresas domésticas consiguieran aumentar sus exportaciones, para lo cual es necesario que los extranjeros se muestren dispuestos a aumentar su consumo;
  • que los dueños de los factores productivos domésticos los cedieran a los extranjeros, por ejemplo: la cesión de activos a extranjeros a cambio de rentas, la emigración de trabajadores;
  • que los extranjeros retiraran factores productivos que habían cedido a la economía doméstica, por ejemplo, mediante la marcha de trabajadores extranjeros o la repatriación de capitales.
Sin embargo, si el sector exterior se obstina en mantener un superávit comercial (es el caso de Alemania, que se ha negado a aumentar su consumo, inversión y gasto públicos, dentro de la unión monetaria europea), solo queda otro sector que puede acomodar la necesidad del sector privado: el gobierno. Es decir, para que las empresas y hogares puedan ahorrar o reducir su deuda, el estado tendría que estar dispuesto a incurrir en un déficit fiscal. Puede que el estado se empeñe en aplicar políticas de austeridad para llevar el déficit público a una determinada magnitud arbitraria, por ejemplo, menos del 3% del PIB como exigen los tratados de la Unión Europea. Sin embargo, esa política de austeridad puede fracasar ante el comportamiento de los demás sectores institucionales. Por ejemplo los aumentos de tasas impositivas pueden causar caídas de consumo o del desempleo. Asimismo reducciones del gasto público pueden provocar un aumento del paro y por consiguiente caídas de ingresos tributarios aun mayores.

Los mecanismos por los que se da la identidad de los balances sectoriales pueden ser varios. No sabemos por qué cauces se dará pero sabemos que es forzoso que al final siempre la suma de ahorro público privado, público y exterior es cero. 

Por tanto si

Ahorro privado>0
Ahorro exterior>0
Entonces el ahorro del gobierno <0.

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