Cita de Roosevelt

"Ningún país, sin importar su riqueza, puede permitirse el derroche de sus recursos humanos. La desmoralización causada por el desempleo masivo es nuestra mayor extravagancia. Moralmente es la mayor amenaza a nuestro orden social" (Franklin Delano Roosevelt)

jueves, 15 de octubre de 2015

¿Qué es el Producto Interior Bruto?

Aconteció después de dos años completos que el faraón tuvo un sueño: He aquí que él estaba de pie y del Nilo subían siete vacas de hermoso aspecto y gordas de carne, y pacían entre los juncos. Pero he aquí que otras siete vacas salían del Nilo, detrás de ellas, de mal aspecto y flacas de carne. Estas se pusieron junto a las otras vacas a la orilla del Nilo. Entonces las vacas de mal aspecto y flacas de carne devoraron a las siete vacas de hermoso aspecto y gordas. Y el faraón se despertó.


Si usted ha estado viviendo en España en los últimos años no le habrá pasado desapercibida la gran crisis económica que ha padecido este país. Muchos habrán experimentado por sí mismos o por personas cercanas sus consecuencias. Algunos habrán perdido su empleo y se habrán encontrado una larga temporada en el desempleo. Los propietarios de un negocio quizás habrán sufrido caídas en sus ventas e incluso puede que se hayan visto obligados a despedir a sus empleados por no poder pagar sus salarios. Otros incluso habrán tenido que cerrar sus empresas al no poder siquiera pagar a sus acreedores. Los menos simplemente habrán oído de ella a través de los periódicos o la televisión. Lo que sí que es seguro es que nosotros se la vamos a contar de otra manera.

Todos estos infortunios ocurren también en tiempos de bonanza. Lo que define a una crisis económica es que suceden con mayor frecuencia. Hay más personas que sufren y parece que el sufrimiento es más prolongado que en circunstancias normales.

Sabemos que ha pasado una grave crisis de forma empírica. Pero los economistas necesitamos encontrar una forma de medir la actividad económica. Una forma de definir una crisis es ver cómo ha evolucionado una magnitud que llamamos el Producto Interior Bruto (frecuentemente abreviado a PIB). El PIB es la suma de todos los bienes y servicios que produce una economía durante un determinado período, por ejemplo un trimestre o un año. En España el Instituto Nacional de Estadística (INE) publica estimaciones del producto interior bruto de cada trimestre y de cada año. Según el INE España produjo bienes y servicios por valor de 1 billón de euros. Si representáramos gráficamente la evolución de esta magnitud en el tiempo desde 1995 nos saldría el siguiente gráfico. Muestra una curva ascendente desde 1995 hasta que la tendencia se quebró en 2007. Desde entonces la línea empieza a descender con pequeños repuntes. El gráfico demuestras que, por primera vez, al menos desde 1995, en 2008 en España cayó la producción.



Ilustración 1. Producto Interior Bruto de España en millones de euros. Fuente: elaboración propia a partir de datos publicados por el INE.

El lector debe tener siempre presente que el PIB se pude medir de varias maneras. Una forma es estudiar el destino de toda la producción. Si el ser humano dedica su esfuerzo a una actividad normalmente es que quiere conseguir algo. El objetivo fundamental de la producción económica es conseguir bienes de consumo: alimentos, vestimenta, vivienda, servicios de ocio, atención sanitaria, vehículos, etc.. La mayor parte de lo que producimos se consume muy poco tiempo después de salir de la fábrica. Sin embargo, a veces preferimos producir bienes que no consumimos sino que utilizamos para producir otros bienes como maquinaria, naves industriales, puertos, camiones de transporte. A este acto de apartar bienes del consumo presente para poder consumir más en el futuro lo llamamos inversión. También necesitamos que haya seguridad, justicia, embajadas, ejércitos y otros bienes públicos que las empresas no producen y que decidimos financiar entre todos a través del estado. A la suma de estos servicios y bienes públicos que genera el estado lo llamamos gasto público.

Hay productos que no disfrutamos porque los vendemos a los extranjeros que llamamos exportaciones. Algunas personas y muchos economistas piensan que exportar es algo beneficioso en sí mismo. Estos economistas quieren que seamos muy competitivos para que podamos exportar mucho más. Si dejáramos que estos economistas se salieran con la suya exportaríamos todo los que producimos y no nos quedaría nada para consumir. No tendríamos alimentos, ni vestimentas, ni casas, ni ninguno de los artículos que hacen nuestra vida agradable y llevadera.

Es una forma peculiar de pensar porque, después de haber dedicado muchas horas a producir un coche, por poner un ejemplo, ¿por qué querríamos dárselo a un extranjero? A cambio de vender un coche al extranjero solo recibiremos un crédito frente al extranjero. Si hacemos uso de esos créditos comprando productos extranjeros nuestras exportaciones habrán servido para algo. Afortunadamente, a la gente le gusta consumir algunos productos extranjeros. Por ejemplo, muchos españoles parecen muy aficionados a determinadas marcas alemanas de coches. Las importaciones se suman a nuestro gasto final pero, como no las hemos producido aquí, tenemos que restarlas del PIB. Sin embargo, algunos países han optado por un modelo de crecimiento basado en exportar mucho más de lo que importan. Más adelante volveremos a este asunto y demostraremos que no solo no tiene sentido sino que, además, es perjudicial para la economía mundial. Por ahora nos quedamos con el siguiente mensaje: las exportaciones son un coste y las importaciones un beneficio.

Podemos definir el PIB por tanto como la suma de consumo, gasto público, inversión y exportaciones menos las importaciones. Esta relación la podemos representar con la siguiente ecuación:

PIB=C+G+I+X-M

donde C representa el consumo, G el gasto público, I la inversión, X las exportaciones y M las importaciones.

Hemos visto que el PIB es la suma de todos los gastos finales. Imaginemos el PIB como un montón de bienes (coches, ropa, casas, alimentos, etc…) que se ponen a disposición de todos los que participan en el proceso productivo. Vamos a llamar a estos partícipes agentes económicos. Estos agentes son los trabajadores, los empresarios, los capitalistas y el estado. A cambio de su participación en el proceso productivo perciben  unas rentas. Podemos ver el PIB, como una gran tarta de rentas que hay que repartir entre los que han participado en la actividad económica.  Lo que tenemos que entender que la tarta de rentas forzosamente es igual a la montaña de bienes disponibles para el reparto.

Esto es relativamente fácil de entender. Veamos qué ocurre cuando alguien compra un producto a un empresario. Pero el ingreso del empresario no será íntegramente suyo. Para producir los bienes que vende el empresario necesitará contratar trabajadores, compras bienes intermedios a otros empresarios, pagar unos intereses por los capitales prestados, pagar alquileres de sus oficinas o de su nave industrial, pagar impuestos al estado y dotar fondos de amortización por el uso de los equipos que utiliza antes de calcular su propio beneficios. Es decir, el empresario necesita organizar los factores de producción contratándolos y retribuyéndoles de alguna manera. Por tanto los ingresos por ventas se distribuyen entre los factores de producción. El exceso de la venta sobre el coste de sus consumos intermedios es el valor que ha añadido el empresario. Por tanto es fácil ver que el valor añadido de cada etapa productiva se reparte entre impuestos, salarios y lo que se llama el excedente bruto de explotación.  Las compras que se hacen unos empresarios a otros, que llamamos consumo intermedio, a su vez se distribuirán entre los factores que han intervenido en su producción en una cadena que puede ser más o menos larga según el grado de integración empresarial. Cada etapa productiva genera un valor añadido y por tanto es fácil entender que el PIB necesariamente es igual a la suma de los valores añadidos que han generado todos los participantes en el proceso productivo puesto que cada consumo intermedio incorpora el valor añadido generado por otro empresario. Por tanto la segunda definición del PIB es que es igual a la suma de los salarios, los impuestos sobre la producción y el excedente bruto de explotación.

Es decir

PIB=W+E+T

donde W es el símbolo que empleamos para los salarios, E para el excedente bruto de explotación y T para los impuestos.

Para entender por qué el PIB es igual a la suma de las rentas de los factores puede ser útil el siguiente gráfico que representa una economía en la que el único producto a la venta son los zapatos. Claramente los zapatos son un producto de consumo y por tanto no existe inversión. Asumimos además que no hay comercio exterior y, por ahora, que tampoco el gobierno presta ningún servicio público. En este modelo simplificado solo hay dos etapas productivas. El zapatero fabrica los zapatos y para tal fin primero compra cuero (su consumo intermedio) y emplea un aprendiz al que paga un salario. Después de pagar un impuesto sobre sus ventas lo que queda es lo que llamamos excedente bruto de explotación. A su vez supongamos que un ganadero suministra el cuero y, como no necesita comprar ningún insumo para alimentar a su ganado, toda su venta equivale a su valor añadido. Este se reparte entre salarios, impuestos y el excedente bruto de explotación del ganadero.


Ilustración 2. Identidad entre PIB y suma de los valores añadidos brutos en una economía con dos etapas productivas y un único producto

La siguiente ecuación es cierta siempre para cualquier economía, sea cual sea su modelo económico:

C+I+G+X-MºPIBºW+E+T


El gasto agregado es idéntico al ingreso agregado. Todo gasto de alguien es el ingreso de otro. Recordemos esta identidad contable porque nos ayudará a entender por qué la política de austeridad, tan popular entre algunos políticos y economistas, solo puede resultar en el empobrecimiento de todos. Debemos tener siempre presente esta identidad fundamental pues volveremos a ella más adelante.

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