Cita de Roosevelt

"Ningún país, sin importar su riqueza, puede permitirse el derroche de sus recursos humanos. La desmoralización causada por el desempleo masivo es nuestra mayor extravagancia. Moralmente es la mayor amenaza a nuestro orden social" (Franklin Delano Roosevelt)

domingo, 23 de marzo de 2025

LOS POLÍTICOS CONSERVADORES DEMUESTRAN (INVOLUNTARIAMENTE) QUE LA TEORÍA MONETARIA MODERNA ES CIERTA

 Otros vendrán que bueno te harán. En las últimas semanas varios políticos conservadores han contribuido inadvertidamente a demostrar los postulados de la teoría monetaria moderna.

Esta misma semana el billonario plutócrata Elon Musk ha sembrado el alborozo en la comunidad TMM con una entrevista en el podcast del senador ultraconservador, Ted Cruz. En un corte, compartido por Twitter, Ted Cruz anunciaba un “bombazo”. Musk contaba, asombrado, incluso diría que estupefacto, el hallazgo de catorce ordenadores del Tesoro de Estados Unidos, que él llamó “ordenadores de dinero mágico”, desde los cuales se ordenaban pagos, creando dinero de la nada.

Musk contaba, asombrado, incluso diría que estupefacto, el hallazgo de catorce ordenadores del Tesoro de Estados Unidos, que él llamó “ordenadores de dinero mágico”, desde los cuales se ordenaban pagos, creando dinero de la nada.

Las carcajadas de los economistas de la TMM han debido oírse hasta en Marte, el planeta al que Musk quiere llevar una misión tripulada. Llevamos diciendo, desde el siglo pasado, que el gobierno emisor de una divisa fiduciaria crea dinero cuando ejecuta el gasto público de la nada. Ahora estamos a la espera de ver la reacción de Elon Musk cuando descubra que Papá Noel, en realidad, eran los padres.

Ya ha descubierto que el gobierno hace pagos con fondos que no proceden de los impuestos. Es un avance. El mito del dinero de los contribuyentes, que el mismo Musk ha utilizado reiteradamente para justificar su obsesión por “aplicar la motosierra” al gasto público, queda desmentido. Aun así su entendimiento sigue siendo incompleto. En un tuit posterior Musk ha definido el funcionamiento del sistema monetario como «quizá, la mayor estafa de todos los tiempos». Debía de pensar que el dinero se extraía de una mina o que procedía de los impuestos que pagaban los billonarios como él. Sin duda se estará preguntando por qué él no tiene uno de esos ordenadores mágicos.

Ahora le queda por aprender que el dinero surge de un marco institucional y legal; democrático preferentemente. El gasto público lo autoriza el Congreso en los presupuestos generales del Estado. Es la existencia de una partida presupuestaria la que permite al ejecutivo ordenar pagos, es decir, crear dinero.

Como ya denunció un alarmado Nathan Tankus hace varias semanas en un largo artículo publicado en Substack, Musk había conseguido acceso al código fuente del sistema de pagos del Tesoro de EEUU. No están claras sus motivaciones pero probablemente se tratara de un intento de cortocircuitar el proceso democrático bloqueando pagos que no le gustan por motivos ideológicos.

También le queda entender que la función primordial de los impuestos no es financiar al Estado sino crear un mecanismo para la aceptación de la divisa. No creemos que Elon Musk llegue a ese grado de conocimiento. Está demasiado empeñado en desarbolar el Estado y en desmontar el sistema de pagos. Ya ha causado problemas en otras administraciones públicas en su intento de despedir a los controladores aéreos, maniobra que afortunadamente fue bloqueada por el secretario de Transporte.

Más cerca de casa, enfebrecida por el espíritu belicista que ha embargado a los dirigentes de la UE en respuesta a la presión de la administración Trump para que los países de la OTAN aumenten su gasto militar, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, anunció la semana pasada la iniciativa Rearm EU. Se trata de una propuesta para excluir el aumento del gasto militar del cómputo del déficit y para crear un nuevo instrumento de préstamo a los Estados miembro por importe de 150 mil millones de euros. Según sus cálculos ambas iniciativas permitirían incrementar el espacio fiscal de los Estados y movilizar hasta 800 mil millones de euros. Sin perjuicio de la opinión que nos merezca esta iniciativa militarista, queda claro que las limitaciones al gasto público incluidas en el ordenamiento fiscal europeo son restricciones institucionales autoimpuestas y no responden a ninguna causa técnica o criterio científico. La pregunta sin respuesta es: ¿por qué la UE no está dispuesta a suspender las malhadadas reglas fiscales para atender urgencias sociales derivadas del desempleo, la pobreza, la falta de vivienda pública o el deterioro de la sanidad pública?

Finalmente el Nuevo gobierno conservador alemán de Merz ha anunciado un acuerdo con los verdes para suspender los límites de déficit y deuda, tan caros al pensamiento económico ordoliberal, para acometer un plan de inversiones por importe de 500 mil millones € y eximir del cómputo del déficit el gasto en defensa que exceda del 1% del PIB. Es una regla fiscal un tanto extraña y confusa pero al pensamiento económico dominante el concepto de hacienda funcional le resulta ajeno.

Por cierto, parece obligado preguntarse por qué Alemania tiene bula para saltarse los límites y qué habría pasado sin un país de la Europa meridional hubiese propuesto medidas similares.

¿Se imaginan que pasaría si ahora los partidos de izquierdas se enterasen de que podrían acometer políticas sociales más ambiciosas? Para ello tendrían que aprender teoría monetaria moderna pero se resisten.

¡Qué tiempos estamos viviendo! Los conservadores descubren que el Estado crea moneda de la nada y además proponen la eliminación de los límites de deuda y déficit para el gasto en cosas que a ellos les interesan. Han entendido que estas reglas fiscales son restricciones arbitrarias autoimpuestas. ¿Se imaginan que pasaría si ahora los partidos de izquierdas se enterasen de que podrían acometer políticas sociales más ambiciosas? Para ello tendrían que aprender teoría monetaria moderna pero se resisten.

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