Cita de Roosevelt

"Ningún país, sin importar su riqueza, puede permitirse el derroche de sus recursos humanos. La desmoralización causada por el desempleo masivo es nuestra mayor extravagancia. Moralmente es la mayor amenaza a nuestro orden social" (Franklin Delano Roosevelt)

domingo, 14 de septiembre de 2014

España y el euro

Un artículo que escribí en El Diario resumiendo el debate que sostuvimos sobre el Euro en noviembre de 2013
España y el Euro

España lleva más de un lustro reptando por el fondo de una prolongada depresión, secuela del estallido de la burbuja inmobiliaria agravada por la crisis de deuda en la zona euro y la austeridad. Las cifras de la devastación son de sobra conocidas: más de un 25% de paro, 56% entre los jóvenes; una losa de deuda que obstruye el flujo de crédito a empresas y familias; unas cuentas públicas cada vez más deterioradas; más de 400.000 empresas desaparecidas; y un retroceso de las rentas y del consumo a niveles de los 90. El pasado 23 de noviembre el grupo Plan B, que busca alternativas a las políticas de austeridad, organizó un debate sobre la pertenencia de España al euro en el que participaron Josep Borrell, José Carlos Díez y Antonio Estella.
En la discusión se evidenció que la pertenencia al euro no genera unanimidad. Josep Borrell piensa que "la salida del euro no está en la agenda. Además" advierte "si saliéramos del euro la nueva divisa se depreciaría quizás más de un 30% pero la deuda seguiría denominada en euros y por tanto nos abocaría a un default". Borrell reconoce que estar fuera del euro tendría algunas ventajas porque tendríamos un banco central propio que actuaría como la Reserva Federal Americana que monetiza deuda y compra deuda para reducir los tipos de interés. "El problema es que ya estás dentro del Euro".
Antonio Estella discrepó sobre la irreversibilidad de nuestra pertenencia a la moneda única. "España debería haber dejado el euro en verano de 2012. Es verdad que ahora la cosa está más tranquila pero no se puede descartar que volvamos a entrar en recesión y la cuestión vuelva a abrirse. Además la salida del euro permitiría aplicar un programa intenso de reformas que es necesario y que ahora el euro no te deja aplicar. "
José Carlos Díez coincidió con Borrell en que "los costes de la salida del euro para España superan ampliamente los beneficios". Pero advierte "la gente ahora se cree las 13 palabras de Draghi pero la confianza dura hasta que desaparece;  en cualquier momento puede haber una restricción de crédito y una fuga de capitales intraárea".
Díez cuestionó el papel del euro en la génesis de la crisis. "Echarle la culpa de todo lo que está pasando hoy al euro no tiene sentido. Florida tuvo una burbuja inmobiliaria y una crisis bancaria porque los bancos dieron muchas hipotecas pero no estaba en el euro. Italia, que estaba en el euro, no ha tenido burbuja. Por tanto no echemos culpas al euro de cosas que no provocó".
Para Díez el problema es que Europa no funciona. "La ventaja de Florida es que comparte un fondo por prestación de desempleo y un fondo de garantía de depósitos con todos los EE.UU. Cuando la tasa de desempleo llegó al 12% hubo rentas que se transfirieron desde el resto de EE.UU. a Florida. Cuando los bancos de Florida cayeron entró dinero del fondo de garantía de depósitos. Ambas medidas pusieron un suelo a la caída. Lo que Europa no tiene y no se ve en la agenda es [un mecanismo de] transferencia de rentas y un programa de estabilización real para estabilizar el sistema bancario".
Para José Carlos Díez "hay que resolver la crisis bancaria porque hay muchas deudas que no se van a pagar. Para que la deuda griega deje de crecer el PIB tendría que crecer más que el de China" lo cual es inverosímil. "Por tanto hay que hacer una reestructuración de su deuda. Pero el gobierno alemán y otras instituciones europeas han sacado este tema de la agenda".
Hubo acuerdo entre los ponentes en que la gobernanza del euro, en palabras de Antonio Estella, "está mal parida. Hace falta más integración fiscal y bancaria".
Borrell lamenta que "la crisis ha debilitado la democracia europea. La carta de Tritchet lo prueba. Hay una profunda perversión de la democracia. Nos hemos encontrado con una institución monetaria dictándoles las constituciones a los pueblos. A esa perversión se le suma el pánico ante los mercados. Los líderes europeos hicieron tonterías por puro temor: el 2-pack, el 6-pack y toda la batería de normas que hemos creado no me gustan desde un punto de vista democrático. No sé si en el Parlamento Español se han enterado de a qué ha quedado reducido su papel".
Piensa Borrell que "la salida de la crisis debería pasar también por una reforma de las instituciones que hiciera que la gente se sintiera más representada y que las decisiones no cayesen en un cenáculo tecnocrático que los gobiernos trasladan al parlamento y que se aprueban por temor a los mercados. Los gobiernos extremadamente endeudados están a los pies de los acreedores. El FMI dice que los europeos han preferido evitar el 'default' de Grecia para preservar los créditos que los bancos le habían dado. Se fue retrasando la reestructuración de su deuda hasta que ésta ya no estaba en el balance de los bancos sino en el del BCE. Pero 'default' griego va a haber, explícito o implícito".
¿Qué sería necesario para que funcionara la unión monetaria europea? José Carlos Díez explica que "uniones monetarias ha habido en la historia. Las que funcionaron, como la alemana o la italiana, fueron las que tenían una gobernanza fuerte y una capacidad de toma de decisiones rápida y las que fracasaron fueron las que estaban en manos de instituciones como las que tenemos en Europa. La moneda es un papel, una convención. Si no lleva detrás una unión política no va a funcionar".
Estella coincide en este punto con Díez: "En los casos de las uniones monetarias alemana e italiana había previamente una unión política y por eso funcionaron. No hay ningún caso en la historia en que, sin esa voluntad firme y expresada de crear una unión política, funcione una unión monetaria. En el caso de Europa esa voluntad no existe".
Una salida involuntaria de España del euro no se pude descartar. José Carlos Diez advierte sobre la psicología de los mercados. "La pregunta en los mercados es "¿quién es el próximo?" Si sale uno del euro el mecanismo se activa. En ese momento Europa tiene que responder a dos preguntas y tiene que hacerlo rápido. Una: ¿cuántos países quiere que sigan en el euro? Y dos: ¿cuánto dinero está dispuesto a gastarse? Porque esto no va a salir gratis y este dinero va a salir de los contribuyentes. El problema es que en Europa siempre llegamos tarde a todo y con muy poca contundencia".
"Hay dos formas de salir del euro, una muy violenta que puede activar el Banco Central Europeo −ya ha amenazado dos veces con hacerlo en los casos de Chipre y Grecia− que es que te corte el acceso de tu banca a su sistema de financiación. Si te hacen eso es como cuando sale en el videojuego "Game Over". La segunda es no hacer nada. Llegaría un punto en que la propia sociedad le pediría a su clase política "sácame de aquí"".
"A mí me gustaría que el euro siguiera", concluye Díez. "España se ha transformado en los últimos 25 años y ahora tenemos un abanico de productos de exportación y Grecia no. Grecia necesita una devaluación de su tipo de cambio y volver a su nivel de competitividad. En el caso español e irlandés, nos equivocamos con la burbuja y el sistema bancario, pero, si quitas esas dos cosas, estos países tiene capacidad para seguir dentro del euro y crecer". Díez piensa que Grecia debería salirse del euro porque no le ofrecen un plan mejor.
Estella plantea el escenario de una salida voluntaria. "En un artículo Andrew Rose analiza todos los casos de salida de sistemas monetarios como 'currency boards' o 'pegs', etc. Su conclusión es que los estados que con más probabilidad salen de zonas monetarias –o sistemas similares- son estados ricos, grandes, y con democracias bien asentadas. España sí cumple con esos requisitos. Teniendo en cuenta que nuestras magnitudes son malas no entiendo por qué lo que aplica a Grecia no vale para España".
Jurídicamente Estella ve posible la salida. "La deuda soberana está sometida al ordenamiento jurídico del país emisor y por tanto se podría redenominar a la nueva moneda. Otra cosa es la deuda privada que suele estar sometida a las leyes y tribunales de Inglaterra y por tanto habría que estudiar caso por caso. Es falso que no te puedas ir del euro, no está prohibido en los tratados; existe un derecho de salida".
Jean Monet, uno de los padres de la construcción europea dijo que "los hombres no aceptan el cambio más que en la necesidad y no ven la necesidad más que en la crisis". Europa tiene necesidad de cambiar, la cuestión es saber si todos en Europa ven la necesidad.

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