Cita de Roosevelt

"Ningún país, sin importar su riqueza, puede permitirse el derroche de sus recursos humanos. La desmoralización causada por el desempleo masivo es nuestra mayor extravagancia. Moralmente es la mayor amenaza a nuestro orden social" (Franklin Delano Roosevelt)

sábado, 27 de septiembre de 2014

Hazle un favor a tu vecino: monta una fiesta. Es hora de que los alemanes se diviertan.

Haciendo alarde de músculo comercial

La semana pasada la Comisión Europea publicó un informe sobre la marcha de las exportaciones europeas (Euro area international trade in goods surplus €21.2 bn ). Uno no puede dejar de notar un cierto tono triunfalista, un tonillo de satisfacción de las autoridades europeas sobre el éxito exportador europeo.

Yo creía que el mercantilismo era una idea obsoleta del siglo XVII pero me equivocaba. Muchos todavía creen que un déficit comercial es síntoma de un mal que socava nuestra economía, una atrofia de nuestra musculatura industrial. En cambio un superávit comercial haría patente la superioridad de nuestra industria competitiva, sana, vigorosa y capaz de abrirse mercados en el extranjero, seduciendo a clientes extranjeros con el diseño y la calidad de nuestros productos bien diseñados y fabricados, apreciados por su gran calidad y atractivo. El alemán exportador hoy pasea confiado por el mundo, seguro de su éxito como país, modelo a imitar por las escleróticas economías de la periferia europea.

Imaginemos un concierto de naciones hipermusculadas compitiendo en un imaginario campeonato de culturismo exportador. Si todas ellas exhibieran ubérrimos balances comerciales dotados de generosos y carnales superávits comerciales ¿sería posible que no hubiera ninguna con un déficit en su balanza comercial? Sabemos que es imposible. Quizás en un mundo ideal las naciones comprarían bienes y servicios por valor equivalente al de los que exportan dejando las balanzas saldadas con precisión milimétrica en 0,0000 €. Pero también sabemos que eso es imposible. Siempre habrá alguna nación con un superávit comercial y por tanto siempre habrá al menos una con un déficit comercial.

Balanzas sostenibles

Sería ideal que las balanzas comerciales oscilaran en torno a cero, unos años con signo positivo y otros con déficit. No hay duda de que un déficit en la balanza comercial puede llegar a ser insostenible si se prolonga en el tiempo. Cuando una nación importa mucho más de lo que exporta esa diferencia tiene que financiarse; es decir, su economía se está endeudando frente al exterior. Si la situación se prolonga Kenneth y Rogoff nos cuentan que se llega a la crisis y se paga una penitencia de años sin crecimiento.

Eso no significa que un déficit comercial sea siempre pernicioso. Permite a un país financiar su crecimiento económico con deuda externa si tiene una capacidad de ahorro doméstica limitada. Por ejemplo España invirtió durante los años de la burbuja el 30% de su PIB pero solo tenía un ahorro equivalente al 20%; la diferencia tenía que financiarse del exterior.

Pero un déficit prolongado puede llegar a ser insostenible. No importa tanto que una economía tenga un déficit como que pueda atender los pagos de la deuda externa ya sea con crecimiento económico ya con exportaciones futuras. España acumuló varios años de déficit en la balanza comercial llegando incluso en 2007 a un déficit equivalente al 10% de su PIB, algo que debería haber encendido todas las alarmas en el puesto de mando pero cuya gravedad se menospreció porque "estábamos en el euro". Es importante la moneda en la que te endeudas. EE.UU. ha incurrido durante varios años en déficit comerciales elevadísimos. Pero se endeuda en su propia moneda ya que los extranjeros aceptan encantados el billete verde.Si te endeudas en una moneda extranjera durante mucho tiempo en cambio puedes llegar a tener problemas de solvencia cuando el acreedor deja de confiar en ti.¿Era el Euro la moneda de España o era una moneda extranjera? Visto con retrospectiva parece más bien que lo segundo.



Alemania: el superávit perpetuo

Veamos el comercio exterior desde la otra orilla ¿Puede un país vivir en un superávit comercial perpetuo?. Los datos publicados por la CE revelan que, como todos los anteriores, de nuevo este año Alemania arroja un superávit en su balanza comercial por valor 100 mil millones € hasta el 30 de junio, o sea 200 MM € en términos anuales ó más del 7% de su PIB. Alemania lleva años exhibiendo una extraordinaria fortaleza exportadora. El gráfico que facilitamos a continuación muestra como además ese vigor exportador se acentuó a partir de la creación del Euro.  Así como sabemos que un déficit prolongado no lo es ¿puede ser sostenible un superávit para la eternidad?





Para responder entendamos primero qué significa que un país tenga un superávit de 200 MM € cada año, como en el caso germano. En primer lugar:  que produce una cantidad de bienes y servicios superior a la que puede absorber su mercado doméstico. Si el ahorro es igual a la producción de bienes y servicios menos el consumo, se desprende que además genera un ahorro que no es capaz de invertir en su propia economía y que forzosamente debe invertir fuera de su país.

Desde la creación del Euro y la entrada en vigor del tratado de Maastricht los alemanes han podido destinar estos excedentes de ahorro al resto de Europa sin incurrir en riesgos de cambio de moneda y con la ventaja de que no existe ninguna limitación al libre movimiento de capitales y mercancías. El lector se dará cuenta de la enorme masa de ahorro que Alemania ha puesto a disposición de Europa si considera que esos 200 MM € que exporta cada año son equivalentes al 20% del PIB español. La conclusión es evidente: desde los años 2000 la economía alemana ha financiado las burbujas inmobiliarias de España e Irlanda y además los derroches de los gobiernos portugués y griego.

No hay nada que ningún gobierno español hubiese podido hacer para frenar esta avalancha de dinero pues, repito, dentro de la UE hay libre circulación de capitales y nuestros bancos y cajas de ahorros estaban encantados de tomar estos fondos para financiar nuestra insana afición a enladrillar el campo y la costa. Quizás las administraciones públicas españolas hubiesen podido aplicar políticas fiscales para desalentar la inversión en el sector inmobiliario; pero no lo hicieron. En su Libro El Dilema, 600 Días de Vértigo el presidente Zapatero desvela que valoró la posibilidad de suprimir la desgravación fiscal a la vivienda y añade «desisitimos de ello por el rechazo social que podría haber generado» −es lo que tiene gobernar con las encuestas en la mano, que luego pierdes las elecciones−. Pero por mucho que nos fustiguemos ahora por no haber hecho los deberes la verdad es que, cuando entra la marea, no hay barrera humana que pueda represarla. El dinero caliente alemán habría encontrado otra rendija por donde colarse.

¿Por qué genera Alemania tanto ahorro? Podría uno pensar que esta potencia exportadora reportaría enormes beneficios a los trabajadores alemanes. La realidad es que éstos han visto su poder adquisitivo mermado por una política de represión salarial como explica Neil Irwin en un artículo publicado recientemente en The New York Times. La renta per cápita disponible real de los alemanes de renta media simplemente no ha crecido ni siquiera al ritmo de las ganancias de productividad entre 1990 y 2010. Esto ha permitido que Alemania se volviera übercompetitiva, no pudiera consumir todo lo que produce y exportara billones de euros de ahorro a costa de crear una crisis de deuda en la zona Euro. Muy interesante el análisis sobre costes laborales unitarios comparados que hace Francesco Saraceno en http://fsaraceno.wordpress.com/2014/09/11/labour-costs-who-is-the-outlier/ : demuestra que la nación con el comportamiento aberrante ha sido Alemania.





De resultas durante la última década Alemania ha acumulado una posición financiera neta respecto al resto del mundo sencillamente gigantesca de 1,1 billones € (100% del PIB español ó el 41 % del PIB alemán). Vistas así las cosas ¿verdad que el elevado superávit alemán empieza a verse como causa de un desequilibrio grave en la economía europea? Merkel y los bancos alemanes deben estar muy preocupados acerca de la posibilidad de cobrar esta deuda y quizás esto explique su irracional obsesión con la austeridad de los demás países: quieren que los gobiernos ahorren para que los PIGS puedan pagar la deuda. Merkel y Bruselas quieren que tu estado haga recortes en sanidad y educación y que esos recursos se destinen a devolver los préstamos a la Landesbank de turno. Irracional porque la austeridad y la depresión económica impiden que los gobiernos recauden impuestos y ahorren. Irracional porque la única forma de que Alemania se cobre las deudas es gastándose el crédito que ha concedido al resto del mundo.

Frente a la austeridad utilicemos la cabeza

En cuanto llegó la crisis griega, gestionada tan penosamente por las autoridades europeas, el chantajista Jean Claude Tritchet al frente del BCE y el dúo Merkel-Sarkozy  los capitales alemanes se retiraron de los mercados periféricos, causando el hundimiento de nuestra burbuja inmobiliaria, contagiando a la deuda pública y elevando a la estratosfera la llamada prima de riesgo. Esta hemorragia se ha tapado mediante la barra libre de liquidez que ha abierto el BCE a nuestros bancos. Los capitales alemanes se han retirado de la periferia pero inadvertidamente siguen aquí: el dinero lo depositan ahora en el BCE que vuelve a prestárselo a los bancos del sur. Vean si no la evolución de los saldos del TARGET2,

Fuente: http://www.eurocrisismonitor.com/


Para resolver la crisis europea Alemania predica virtuosismo. "Fijaos en nosotros", dicen, "también tuvimos problemas e hicimos las dolorosas reformas que hogaño nos han convertido en una gran potencia exportadora". Pero estas reformas "mercantilistas" las pudieron hacer porque había otras naciones dispuestas a incurrir en un déficit comercial. Es hora de que los flujos se reviertan y de que Alemania se cobre sus préstamos al resto del mundo de la única forma posible: sí, incurriendo en un pecaminoso déficit comercial. Es la única manera de que nosotros, los PIGS ibéricos podamos pagar nuestra deuda y volver a crecer. A la pleamar del ahorro alemán debe seguir la bajamar.

La débil demanda interna alemana cercena las oportunidades de inversión en el sector privado. En su blog Paul de Grauwe explica que ha llegado la hora de revertir la desacertada decisión tomada en 2010 de reducir la inversión pública. Esto se podría hacer a un coste muy bajo pues el país se endeuda a tipos de interés cero.  Para sacar a Europa de su marasmo deflacionista Alemania debería liderar un programa de inversión pública. Actualmente su tasa de inversión pública es de las más bajas de la eurozona: un magro 1,6% del PIB frente al 2,3% en el resto de países. Es hora de que los alemanes organicen unos juegos olímpicos, suban los salarios de sus funcionarios, construyan algunos aeropuertos, introduzcan un salario mínimo y manden a sus jubilados a las islas griegas de vacaciones. Como alternativa podrían condonarles la deuda a los griegos y los españoles y dejar que quiebren sus bancos, esos que incautamente prestaron el dinero a los países del sur. Los alemanes perderían sus ahorros pero es lo que pasa cuando los guardas debajo del colchón y nunca los usas: que acabas siendo el más rico del cementerio.



Nota técnica:


Veamos la relación entre ahorro y saldo comercial. Sabemos que el Producto Interior Bruto (PIB) es la suma de todos los bienes y servicios que produce una economía. Desde el punto de vista del gasto por tanto el PIB es igual al consumo de los hogares (C), la inversión de las empresas (I), el gasto del gobierno (G) y las exportaciones (X) menos las importaciones (M), o sea PIB=C+I+G+X-M.

Sabemos también que el ahorro (S) es la diferencia entre lo que produce una economía y lo que gasta. Si restamos del PIB el consumo (C) y el gasto público (G) obtenemos el ahorro de una economía S=PIB-C-G=I+X-M, por tanto el ahorro es igual a la inversión más el saldo comercial. Esta es una simple identidad contable. Si un país no comerciara con el resto del mundo el ahorro sería siempre igual a la inversión. Pero cómo vivimos en una economía abierta sabemos que si un país quiere invertir más de lo que ahorra puede captar ahorro del exterior (déficit comercial). Por el contrario, como en el caso alemán, si consume menos de lo que produce y no encuentra oportunidades de inversión  en cuantía equivalente a ese ahorro, puede prestárselo al resto del mundo.

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