Como viene siendo habitual analizamos la evolución de los balances sectoriales de la economía española que el Instituto Nacional de Estadística (INE) publica cada trimestre.
Teoría
Partimos de la relación entre algunas magnitudes macroeconómicas recogidas en la contabilidad nacional. El Producto Interior Bruto (PIB) es la suma de todos los bienes y servicios que produce una economía en un año. Estos se destinan al consumo, el gasto público, las exportaciones o la inversión. Escrito en forma matemática podemos establecer la siguiente ecuación para el PIB desde el punto de vista del gasto.
PIB≡C+G+X+I-M
Donde C= Consumo, G=Gasto público, X= exportaciones, I= inversión y M=Importaciones. Observen que en la ecuación del PIB utilizamos el símbolo ≡ que expresa una identidad.
Por otra parte todos los gastos tienen que ser forzosamente el ingreso de alguien. Por tanto el PIB es igual a las rentas de todos los agentes que han participado en el proceso productivo:
Cuando queremos estudiar el ahorro o desahorro de sector una magnitud más conveniente es la Renta Nacional Bruta (RNB), que es igual al PIB más las rentas primarias (alquileres, dividendos, royalties, intereses, salarios por trabajos realizados para no residentes) percibidas por el uso de nuestros factores productivos en el extranjero menos las rentas primarias pagadas a extranjeros. Es decir:
RNB≡PIB+Rx≡C+G+X+I-M+Rx
Restando los impuestos netos de subvenciones “T” sobre la producción y las importaciones y reorganizando los términos obtenemos la siguiente expresión:
(RNB-C-T-I)+(T-G)≡+(X-M+Rx)
El primer término entre paréntesis representa la capacidad de financiación o el ahorro neto del sector privado (es decir, lo que queda de su renta disponible después de realizar inversiones y gasto en consumo), el segundo es simplemente el déficit público y el tercero el saldo de la balanza por cuenta corriente (balanza comercial más rentas netas procedentes del extranjero). Por consiguiente el ahorro nacional tiene que ser igual al saldo de la balanza por cuenta corriente.
Si pasamos el término de la derecha a la izquierda la ecuación necesariamente es idéntica a cero. En definitiva unos sectores pueden tener una capacidad y otros una necesidad de ahorro pero el saldo de todos tiene que ser forzosamente igual a cero.
(RNB-C-T-I)+(T-G)+(M-X-Rx)≡0
En definitiva unos sectores pueden tener una capacidad y otros una necesidad de ahorro pero el saldo de todos tiene que ser forzosamente igual a cero.
Datos del cuarto trimestre de 2020
En el sistema de cuentas económicas nacionales se emplea los términos ‘necesidad o capacidad de financiación’ de los sectores institucionales para referirse al ahorro o desahorro neto (ahorro bruto=renta disponible-consumo; ahorro neto=ahorro bruto – inversión) de cada uno de ellos. Según el INE durante 2020 la evoluación de la capacidad o necesidad de financiación de los sectores fue la que se detalla en la siguiente tabla.
Sector institucional
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2020 T1
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2020 T2
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2020 T3
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2020 T4
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2020
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Hogares |
- 4,573
|
56,146
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- 3,772
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26,892
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74,693
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Sociedades no financieras |
5,220
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3,497
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3,418
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10,799
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22,934
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Instituciones financieras |
8,260
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4,090
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6,142
|
16,313
|
34,805
|
Sector privado |
8,907
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63,733
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5,788
|
54,004
|
132,432
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Administraciones públicas |
- 9,167
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- 61,589
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- 2,897
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- 47,525
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- 21,178
|
Sector exterior |
260
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- 2,144
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- 2,891
|
- 6,479
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- 11,254
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Datos en millones de euro. Fuente: INE
La serie temporal desde 1999 en porcentaje del PIB se refleja gráficamente agregando los sectores institucionales privados nacionales (hogares, sociedades no financieras e instituciones financietas) en la siguiente figura.
Análisis de los datos
Dado que en otros posts hemos analizado los balances sectoriales de trimestres anteirores nos limitaremos en esta ocasión a analizar los de los hogares para el último ejercicio y trimestre de 2020 en el contexto de un ejercicio marcado por la crisis económica pandémica.
Salta a la vista que el año ha sido extraordinario por el ahorro sin precedentes en el sector privado, que se corresponde con un déficit de las administraciones públicas igualmente inaudito y un pequeño superávit por cuenta corriente con el resto del mundo. Evidentemente este es el reflejo de un año en el que los hogares no han podido o han decidido no consumir parte de su renta disponible. La altísima tasa de ahorro evidentemente es la contrapartida del colapso observado en el producto interior bruto (-11% en términos reales) respecto a años anteriores. Si no hay consumo ni inversión obviamente las empresas no tienen ventas.
En cuanto a los hogares el INE nos informa de que el valor añadido bruto generado por éstos disminuyó un 8,9% en el cuarto trimestre respecto al mismo periodo de 2019 (recuerden que hay hogares que viven de actividades económicas y no de rentas salariales). El excedente de explotación y la renta mixta bruta (la parte del valor añadido generado por los hogares que no va a pago de salarios de los empleados de los hogares e impuestos netos de subvenciones sobre la producción ) del sector bajó un 9,2%. A esto se añade el descenso en la remuneración a cobrar por los asalariados (−4,0%) y del 5,9% en las rentas de la propiedad a percibir (intereses, dividendos, etc.).
Así pues, pese a las medidas de sostenimiento de rentas que el Gobierno no deja de anunciar triumfalmente muchos hograes han experimentado una sustancial caída de su renta disponbile. Así, si a estas cifras añadimos los flujos de distribución secundaria de la renta (impuestos sobre la renta y el patrimonio, cotizaciones y prestaciones sociales y otras transferencias corrientes), se concluye que en el cuarto trimestre de 2020 la renta disponible bruta de los hogares cayó un 3,4% respecto al mismo período del año anterior. Obviamente esto no nos dice nada acerca de cómo se ha repartido esta caída entre los hogares.
pese a las medidas de sostenimiento de rentas que el Gobierno no deja de anunciar triumfalmente muchos hograes han experimentado una sustancial caída de su renta disponbile
Al mismo tiempo el consumo final de los hogares ha caído estrepitósamente un 11,2% por lo que no resulta sorprendente que la tasa de ahorro bruto (renta disponible menos consumo final) haya alcanzado máximos históricos, sobre todo durante el segundo trimestre de 2020 coinciendo con el primer y más riguroso Estado de Alarma.
En definitiva los hogares han alcanzado una tasa de ahorro neto (capacidad de financiación) histórica del 14,8% de su renta disponible durante 2020.
Pese a disponer de mayor capacidad de ahorro, la inversión de nuestros hogares sigue en mínimos históricos aunque ha repuntado un poco en los últimos trimestres. Por tanto la capacidad de financiación de los hogares ha alcanzado niveles que tampoco tienen precedentes.
La siguiente tabla permite entender la aritmética de las variables que hemos analizado para este sector.
En otro post analizaremos el comportamiento de los otros dos sectores que integran el sector privado, sociedades no financieras e instituciones financieros, pero éstos también han registrado aumentos en su capacidad de financiación.
La evolución del ahorro neto de los hogares implica que sus balances gozan de una liquidez envidiable (para aquellos que no han perdido su fuente de ingresos, claro está). Estos fondos seguirán disponibles en el momento en el que haya un cierto retorno de la normalidad, momento en el que las familias podrán volver a disfrutar de vacaciones, el ocio nocturno o las compras de nueva ropa y bienes duraderos pero, sobre todo, recuperen la confianza para gastar. La incertidumbre generada por la crisis pandémica sin duda es un factor adicional que deprime el consumo.
Cabe preguntarse qué sector está aportando los activos financieros en los que se están materializando los ahorros netos del sector privado doméstico. La contrapartida es fundamentalmente el déficit de las administraciones públicas (AAPP) puesto que la contribución del sector exterior, con un pequeño superávit por cuenta corriente, es escasas y se puede atribuir al enfriamiento del comercio internacional y a la caída del consumo e inversión domésticos.
Podríamos congratularnos de que la suspensión de las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE hayan hecho posible que el Estado se endeude creando un colchón para las familias y empresas ante la situación de emergencia pandémica. Sin embargo hemos sido crítidos con la insuficente disposición del Gobierno del Sr. Pedro Sánchez a adoptar medidas de gasto discrecional más ambiciosas. El aumento del endeudamiento público parece ser más bien el resultado del funcionamiento de los llamados estabilizadores automáticos –los aumentos de gasto público derivados de la necesidad de atender prestaciones sociales en situaciones de crisis; las caídas en la recaudación que resultan de la depresión en la actividad económica– que de políticas fiscales de carácter discrecional.
Recordemos que el déficit público, per se, no nos dice nada acerda del posicionamiento fiscal de un gobierno. El déficit puede aumentar en una crisis debido al funcionamiento de los establizadores automáticos sin que el Gobieno tome ni una medida extraordinaria para responder. Nos dan más información acerca del posicionamiento fiscal las medidas de carácter discrecional. De la comparación de los datos de 2020 y 2019 en la tabla que recoge la cuenta no financiera de las administraciones públicas, que facilita el INE y reproducimos más abajo, podemos colegir que la mayor parte de la disminución de la renta disponible de las AAPP en 2020 se debió a caídas en la recaudación de impuestos sobre la producción y las importaciones netos de subvenciones (-3.205 millones de euro), impuestos corrientes sobre la renta y el patrimonio (-1.559 millones de euros), prestaciones sociales (-5.977 millones de euros) y transferencias corrientes netas que ha dejado de cobrar (-1.815 millones €).
Ha habido un cierto debate entre la ministra de Economía, Nadia Calviño, y la Comisión Europea a raíz de la publicaicón de un informe del Banco Central Europeo en el cual éste considera que es “España, el país de la eurozona que menos apoyo fiscal prestó a la economía en 2020”. Leemos que
“los autores del informe del banco central reconocen la dificultad de discernir los límites entre medidas discrecionales y estabilizadores automáticos en algunos casos, como el tratamiento de los Expedientes de Regulación de Empleo (ERTE). La Comisión Europea los considera parte de la actuación de los estabilizadores automáticos, reduciendo así el esfuerzo presupuestario de España al 1,3% desde el 5,5%.“
los autores del informe del banco central reconocen la dificultad de discernir los límites entre medidas discrecionales y estabilizadores automáticos en algunos casos, como el tratamiento de los Expedientes de Regulación de Empleo (ERTE). La Comisión Europea los considera parte de la actuación de los estabilizadores automáticos, reduciendo así el esfuerzo presupuestario de España al 1,3% desde el 5,5%
En cambio
“el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital” –que dirige Calviño– “estima el apoyo fiscal en un 5,5% del PIB, ya que en ese cálculo sí se recoge el esquema de los ERTE, que incluye la exoneración de cotizaciones a la Seguridad Social, así como el fondo a las regiones por el Covid de 16.000 millones de euros.”
Es cierto que, dado que es la primera vez que el Gobierno de España arbitra una medida de subvención de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo, podría considerarse este gasto un esfuerzo de carácter discrecional. Pero estamos seguros de que estas prestaciones están para quedarse y que deben tratarse en lo sucesivo como parte de los estabilizados automáticos.
Por otra parte el aumento de las remuneracoins a pagar a los asalariados aumentan un 5,7%. Restando las revisiones automáticas de salarios, quizá esto refleje la necesidad de contratar personal sanitario para gestionar la crisis pandémica aunque es una suposición, lo cual también podría incluirse en el catálogo de medidas discrecionales. El gasto en consumo final, que también podría indicar una cierta voluntad de ejercer políticas de estímulo discrecionales, aumentó un 6,4% respecto al año anterior.
Desconocemos el desglose de las transferencias netas de capital a pagar, pero puede suponerse que una parte sean subvenciones a empresas y otros entes para gestionar la emergencia pandémica o situaciones de crisis empresarial y otra se destine a la UE (por ejemplo para financiar la compra de las vacunas COVID-19 que gestiona la Comisión Europea). Quizá también se puedan considerar en parte medidas de carácter discrecional.
Sin embargo, ante la magnitud del descalabro económico experimentado por España, estos aumentos de gasto discrecional se nos antojan exceisvamente tímidos. Asimismo el escaso aumento de la inversión pública (formación bruta de capital fijo) nos sugiere que las AAPP españolas están a la expectativa de que caiga el maná del cielo en forma de fondos Next Generation EU. El gobierno del Sr. Pedro Sánchez parece remiso a actuar con decisión ante la mayor catástrofe sanitaria y económica de nuestra generación.
En el observatorio del tercer trimestre ya comentamos además que parecía que el Gobierno decidió retirar todos los estímulos a nuestra economía, suponemos que confiando en que la “salvación de la temporada turística” permitirían una recuperación milagrosa.
En conclusión, en el caso de las AAPP españolas, el extremado conservadurismo fiscal de los ministros Calviño, Montero y Escrivá, ha perpetuado los viejos reflejos de las políticas de austeridad y ha limitado enormemente el esfuerzo que debía haber hecho el Estado para impedir un colapso de la Economía, recuperar el deteriorado sistema sanitario que a duras penas a podido afrontar la panemia y sentar las bases para una fuerte recuperación económica. Da la impresión de que están esperando a unos fondos que, como hemos analizado en el Observatorio Lost Generation EU, aún tardarán en llegar. Ciertamente no los esperamos para 2021.
Otros posts que pueden ayudar a entender la relación entre balances sectoriales.
http://www.redmmt.es/la-identidad-los-balances-sectoriales/
http://www.redmmt.es/entender-la-importancia-de-los-deficits-fiscales-analisis-grafico-de-la-relacion-macroeconomica-entre-ingresos-y-gastos/