Parte II. ¿Qué es el Green New Deal?
La congresista Alexandria Ocasio-Cortez ha presentado una
propuesta de resolución que insta al Gobierno Federal a asumir un plan de
transformación del modelo energético y productivo sin precedentes adoptando
iniciativas que crearían empleo estable y de calidad. El documento se puede
consultar en línea (Ocasio-Cortez, 2019).
El objetivo a largo plazo es conseguir cero emisiones netas
de gases de efecto invernadero. Esto quiere decir que se pretende minimizarlas
en lo posible pues, para aquellas actividades en las que no sea posible
llevarlas a cero, se compensarán con iniciativas que secuestren el carbono de
modo. Por ejemplo, es improbable que, en el estado de desarrollo de nuestra
tecnología actual, se puedan desarrollar aeronaves con cero emisiones. Una
solución parcial desviaría parte del tráfico aéreo hacia nuevos trenes de alta
velocidad en algunos trayectos aceptando que los de mayor distancia tendrán que
seguir realizándose en avión. Conseguir que los EEUU reduzcan sus emisiones
netas a cero es crucial porque el país tiene una cuota del 20% de todas las
emisiones mundiales.
Para que reciba el respaldo social de la mayoría el plan
tiene que ser inclusivo. A diferencia del abordaje ambientalista convencional,
se pretende que la transición energética cree empleos para todos y que no
margine a las víctimas de actividades que deban ser abandonadas. Por tanto el
GND tiene que ir asociado a la generación de millones de puestos de trabajo
bien retribuidos y bajo condiciones de contratación dignas. Se pretende que el
programa contribuya a reducir las discriminaciones por razón de género o raza.
Para luchar contra el desempleo y el subempleo de colectivos tradicionalmente
excluidos del mercado de trabajo se creará un plan de trabajo garantizado
complementario del GND que ejecutaría algunos de los proyectos de recuperación
de entornos degradados y de mejora de las infraestructuras.
El GND contempla una inversión masiva para modernizar la
degradada infraestructura de los EEUU con nuevas redes de transporte público
económico y accesible incluyendo el ferroviario de alta velocidad, terrenos
donde la nación norteamericana va rezagada frente a otras naciones.
Se ampliará y modernizará la infraestructura de distribución
energética para que sea más eficiente y se apoye en redes inteligentes y
distribuidas para garantizar el acceso universal a una energía económica y
fiable.
Se pretende modernizar también todo el parque inmobiliario
para asegurar que los edificios sean más eficientes en el consumo de agua y
energía, seguros, económicos, cómodos y duraderos.
El GND debe promover proyectos que aseguren el acceso universal
al agua potable, al aire sin contaminar, a los alimentos saludables y a la
naturaleza.
Además, se financiarán construcciones que puedan aguantar el
embate de los desastres causados por el cambio climático tales como los
temporales o las inundaciones.
Se invertirá en las industrias ya existentes y se impulsará
el desarrollo de la fabricación limpia para eliminar la contaminación y las
emisiones de gases de efecto invernadero mediante la expansión de la generación
de energías renovables.
En colaboración con los agricultores y ganaderos se pretende
eliminar la contaminación y la emisión de gases del sector siempre que lo
permita la tecnología, invirtiendo en prácticas agrícolas y de usos del terreno
sostenibles para mejorar la salud de los suelos, apoyando de paso a las
explotaciones familiares. Estos proyectos deben contribuir a garantizar un
acceso universal a alimentos saludables.
El empleo de tecnologías convencionales pero ya probadas en la
restauración de los ecosistemas naturales incrementará el secuestro del carbono
en los suelos, por ejemplo mediante la conservación de suelos y la aforestación—la forestación de áreas
que anteriormente no tenían cobertura arbórea—. Asimismo se pretende restaurar
y proteger los ecosistemas amenazados a través de proyectos que faciliten la
biodiversidad y la resiliencia frente al cambio climático. Se limpiarán los
lugares abandonados y contaminados con residuos peligros para asegurar su desarrollo
económico y aprovechamiento sostenible.
En el terreno internacional se facilitará la transferencia
de tecnología entre países, sobre todo hacia los menos desarrollados. Pero
también se asume el compromiso de implantar normas de comercio internacional,
estándares de aprovisionamiento y ajustes en frontera, que garanticen una protección
fuerte a los derechos laborales y al medioambiente para frenar la transferencia
de los empleos y de la contaminación y favorecer la fabricación doméstica. Estas
iniciativas van en línea con asegurar un entorno comercial en el que todos los negocios
no se vean expuestos a la competencia desleal y la dominación de monopolios
internacionales.
Se pretende asimismo que la ejecución no se haga desde una
mastodóntica burocracia centralizada. Por ello se aportará financiación a las
administraciones locales para que puedan desarrollar sus propios proyectos,
aquellos que consideren más perentorios y útiles para sus comunidades. No se
pretende tampoco expulsar al sector privado de la actividad económica sino
involucrarlo en los proyectos iniciados desde el Estado y las corporaciones
locales, generando nuevas oportunidades de negocio y creando una potente
demanda agregada que tirará de la inversión.
¿Cómo se financia?
Sin duda el programa resulta asombrosamente ambicioso y reconocemos
que hay retos políticos casi insuperables. Pero la recientemente anunciada
candidatura de Bernie Sanders a la presidencia de los EEUU también ha suscrito
el GND. Aun así es evidente que la resistencia política será feroz.
Una de las principales objeciones ya opuestas por el
conservadurismo es cómo financiarlo. La inversión que requeriría el GND sería
espectacular y, por tanto, para una persona formada en el pensamiento económico
neoclásico, sería natural preguntarse de dónde vendrá el dinero.
Desde la perspectiva de la teoría monetaria moderna (TMM), a
la que se adhiere Alexandria Ocasio-Cortez este problema es relativamente
trivial. La respuesta breve y sencilla es: de la misma manera que los EEUU o la
URSS financiaron su esfuerzo bélico para derrotar a Hitler. Si para hacer la
guerra parece que los recursos nunca fueron escasos, declarémosle la guerra al
cambio climático.
Desde la TMM sabemos que el Estado crea el dinero cuando
ejecuta sus políticas de gasto; también que los impuestos no financian al Estado
sino que estos sirven para obligar a la población a buscar con avidez y aceptar
el dinero que emite el Estado. Los impuestos son una obligación de devolver al Estado
aquello que éste ha entregado a la población previamente a cambio de los
recursos que se han destinado a los fines públicos. Por tanto, el gasto público
necesariamente antecede a los impuestos los cuales simplemente destruyen el
dinero creado por el Estado en una etapa anterior. El sistema monetario y fiscal
constituye un bien engranado mecanismo de transferencia de recursos hacia el Estado.
Por tanto la respuesta a la pregunta que inquieta a mucha gente es sencilla de
responder: el dinero se creará cuando el Estado ejecute las políticas de gasto
asociadas al GND.
Como el Estado siempre puede crear dinero de la nada, en
todo momento podrá encauzar recursos hacia esos fines públicos como el GND. Eso
no quiere decir que un gobierno pueda gastar sin límites. Existen y éstos son
la disponibilidad de recursos que puedan destinarse a esos propósitos. Mientras
haya materias primas ociosas, capacidad fabril infrautilizada y personas
desempleadas será posible emplearlos para los fines que decida el Estado.
Pero, objetarán muchos, ¿eso no sería inflacionista, incluso
hiperinflacionista? Si esos recursos ociosos empiezan a agotarse entonces
podríamos esperar un proceso inflacionista. Pero, mientras existan cohortes de
desempleados o fábricas que no llegan al límite de su capacidad productiva, el
GND no tiene por qué crear cuellos de botella. En tanto los precios se
mantengan estables el gobierno puede seguir movilizando recursos para cumplir
con los objetivos del GND. Si la inflación asomara la patita el Estado podría
optar por frenar o adaptar sus políticas de gasto o aumentar los impuestos para
obligar al sector privado a entregar más recursos al Estado. Elegir una u otra
estrategia, o una combinación de ambas, será una resultante del proceso
democrático. Pero, tras décadas de infrautilización de recursos y varios años
de deflación en muchas de las naciones avanzadas este temor parece prematuro.
Por otra parte el Estado tiene sobrada capacidad de gestionar la demanda y la
oferta para evitar la generación de cuellos de botella inflacionistas y
conflictos por el reparto de las rentas.
Por ilustrar lo antedicho: supongamos que las obras de
aislamiento de viviendas produjeran un aumento de los precios de material de
construcción. En este caso el estado podría optar por frenar el ritmo de adaptación
de los inmuebles. Pero también podría fomentar la investigación y desarrollo de
nuevos materiales y tecnologías de aislamiento; financiar la creación de nuevas
fábricas de material de construcción; abrir los mercados a la importación de
estos productos; o elevar los impuestos a la construcción privada para liberar
recursos que se podrían destinar a las obras que promueve el sector público.
Por otra parte un GND inteligentemente diseñado es una
potente política de oferta que, al aumentar la eficiencia de los procesos
productivos y recuperar entornos degradados, permite liberar nuevos recursos
anteriormente derrochados, inutilizados o despreciados. El GND podría aumentar
la disponibilidad de energía, agua, suelo y materias primas para toda la sociedad
rebajando su coste y de forma más sostenible.
Triste España sin Ventura
Hay elementos del plan de Ocasio-Cortez que recuerdan a
iniciativas que se ensayaron en España a principios de siglo y que podrían
emular los EEU. El desarrollo del ferrocarril de alta velocidad (AVE) y de las
energías renovables ayudó a incubar nuevas industrias tecnológicamente
avanzadas. Cuando se construyó la primera línea de AVE Madrid-Sevilla, la
empresa de fabricación de material ferroviario Talgo no pudo ganar la
licitación del material rodante pero la perseverancia del Estado en desarrollar
una red ferroviaria puntera justificó que la empresa invirtiese en la
tecnología que le permitió luego participar en el proyecto de línea de alta
velocidad de Madrid a Barcelona. El primer contrato fue adjudicado a
multinacionales extranjeras pero, merced a la continuada apuesta por el
desarrollo de la AVE, Talgo pudo comprometer recursos para desarrollar nueva
tecnología, ganar contratos de suministro a las nuevas licitaciones del Estado
y convertirse en un competidor internacional en tecnología ferroviaria.
Se ha criticado con justicia que el modelo de alta velocidad
español beneficia a un número pequeño de pasajeros y es probable que otro
modelo de ferrocarril que apostara por una red más densa con precios más
económicos —en lugar de lujosos trenes para ejecutivos con prisa dispuestos a
pagar tarifas más elevadas— hubiese dado lugar a un servicio más equitativo que
hubiese beneficiado de forma equilibrada al territorio. No obstante esa crítica
justificada, actualmente España compite por los proyectos de construcción de
líneas de alta velocidad en países como Arabia Saudí o EEUU. Este salto no
habría sido posible sin que previamente el Estado le señalase a las empresas una
senda de desarrollo.
En general, el sector del transporte es uno de los éxitos de
la economía española. Con 2.231 empresas que ocupaban a 176.332 personas
facturaron 68.860 millones de euros en 2014 y representan el 12,3% del valor
añadido bruto industrial de este país (CDTI, 2017). Es además el primer
sector exportador español y ejecuta casi un tercio de toda la inversión en I+D
del sector privado. El impulso del Estado a este sector lamentablemente se
abandonó al inaugurarse las nefastas políticas de austeridad que la Unión
Europea impuso a partir de 2011. El éxito de esta intervención estatal es
incuestionable así que cabe preguntarse por qué no se da continuidad a este
tipo de programas.
Triste España sin Ventura es una elegía compuesta en 1497
por el músico Juan del Encina para lamentar la muerte del príncipe Juan. Este
inoportuno suceso acabaría dejando los reinos de España en manos de un monarca
extranjero, abriéndose así una etapa de involucración en interminables
conflictos centroeuropeos que acabarían desangrando a Castilla. La muerte del
Príncipe es una metáfora perfecta que simboliza a un país que parece condenado
a engarzarse reiteradamente con su entorno geoestratégico a destiempo y de
forma contraria a sus verdaderos intereses.
Dentro de las restricciones impuestas al gasto público por
el Tratado de Maastricht el Estado Español carece de la autonomía fiscal que le
permitiría financiar un ambicioso GND ibérico. Nuestra anterior apuesta por una
industria de energías renovables fue abortada a raíz de la crisis de la deuda
soberana de los países meridionales de Europa.
¿Y si se financiara desde la UE? Ciertamente el Banco Central
Europeo podría sufragar un GND europeo aunque opongo serios inconvenientes a
conceder tanto poder a una entidad sin un mandato democrático y con un proceso
de toma de decisiones supuestamente independiente y, desde luego, nada
transparente. No es la misión de un banco central convertirse en el ejecutor de
las políticas fiscales y aceptarlo nos llevaría a una dictadura. Por otra parte
resulta inconcebible que el marco ideológico en el que se encuadran las elites
europeas sea posible plantear una propuesta tan ambiciosa equivalente a un Plan
Marshall europeo. Implantar un GND en España equivaldría una revolución para la
cual las conservadoras elites no están preparadas. Tampoco lo están sus pares
europeos todavía y siempre enamorados de un conservadurismo fiscal que no es
más que el reverso de la depauperación de las clases populares.
Referencias
CDTI.
(2017). Boletín Perspectivas nº 48. Madrid.
NASA. (2019). NASA. Obtenido de Global Climate
Change: https://climate.nasa.gov/evidence
Ocasio-Cortez, A. (7 de febrero de 2019). RESOLUTION
Recognizing the duty of the Federal Government to create a Green New Deal. Washington, DC, EEUU. Obtenido de
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/6/62/116th_United_States_Congress_H._Res.0109_%281st_session%29_-_Recognizing_the_duty_of_the_Federal_Government_to_create_a_Green_New_Deal.pdf