07 de mayo de 2016
Bill Mitchell, uno de los principales proponentes de la
Teoría Monetaria Moderna (TMM), está realizando una gira por varias capitales
españolas para presentar la versión en castellano de su libro, la Distopía del Euro: Pensamiento Gregario y Negación.
El libro ha sido publicado en España por la editorial Lola Books fundada por el
compañero de la Asociación por el Pleno Empleo y la Estabilidad de Precios
(APEEP), Carlos García.
Esta obra describe con erudición el proceso que llevó a la
integración monetaria europea a partir de la crisis del sistema fundado en
Bretton Woods. Repasa los sucesivos intentos de crear mecanismos de tipos de
cambio fijos que siempre acabaron fracasando. Mitchell describe cómo el proceso
de integración monetaria, marcado por la intensa rivalidad franco alemana, fue
evolucionando gradualmente desde un proyecto de inspiración keynesiana a otro
monetarista. Los primeros estudios encargados por las Comunidades Económicas
Europeas, recogidos en los informes Werner (1970) y McDougall (1977),
consideraban que una unión monetaria sin unión fiscal no era viable. Sin
embargo, el proyecto europeo se enfrentaba a la realidad de que los franceses
no estaban dispuestos a renunciar a su soberanía fiscal y los alemanes tenían
serias reticencias a renunciar a su moneda pues desconfiaban de los países del
sur. Bajo la Comisión Delors, se ignoraron las conclusiones de los primeros informes
y se propuso una unión monetaria sin unión fiscal. El desprecio de la función
fiscal es uno de los rasgos más característicos del monetarismo. Los estados
conservarían su poder fiscal y, para aplacar las inquietudes alemanas, se
impusieron unas arbitrarias reglas fiscales que de facto incapacitarían a los
estados para responder a una crisis. Mitchell analiza la senda que llevó a la
crisis financiera global agudizada en la periferia europea por el fallido
diseño de la moneda común y la inicua respuesta de la troika —la Comisión
Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Europeo— ante la crisis
de deuda griega. Mitchell plantea tres soluciones a la situación de la zona
euro: crear una unión fiscal plena, financiación monetaria directa del BCE a los estados
o ruptura de la unión monetaria y concluye que solo ésta última es viable. El
editor español ha reordenado los capítulos de forma que el lector se encuentra
al principio del libro con las soluciones.
Bill
Mitchell en la Universidad de Badajoz acompañado de activistas de la APEEP,
profesores y estudiantes.
Bill Mitchell ha realizado sendas charlas en la sede del
Club de Amigos de la UNESCO de Madrid (CAUM) y en la Facultad de Ciencias
Económicas y Empresariales de la Universidad de Badajoz donde fue presentado al
público por representantes de la APEEP. En el acto de Madrid participó también
el economista Eduardo Garzón. Estaba prevista también la participación de su
hermano Alberto Garzón, dirigente de Unidad Popular, pero se interpuso el
proceso de confluencia de su partido con PODEMOS para configurar una única candidatura
de la izquierda que concurrirá a las elecciones de junio. En la Universidad de
Badajoz el acto contó con las intervenciones del miembro de APEEP Esteban Cruz
y del profesor José Manual Parejo, profesor de Historia del Pensamiento
Económico.
Mitchell viaja ahora a Barcelona donde será presentado por
Antoni Soy, profesor de Economía Aplicada de la Universitat de Barcelona. La siguiente parada es
Valencia donde lo acompañarán Jorge Amar, presidente de la APEEP y Raúl de
Arriba, profesor en la Facultad de Economía de la Universitat de València. Los
madrileños tendrán una última oportunidad de conocer al autor en un acto en la
sede de Attac España acompañado de Ricardo Zaldívar, presidente de Attac
España, y Juan Laborda, profesor de Economía de la Universidad Carlos III de
Madrid.
En las presentaciones que realizó en Madrid y Badajoz
Mitchell describe cómo en la élite europea se impuso una forma de pensamiento
gregario impregnado de ideología neoliberal. Desmonta el mito
tan querido por los neoliberales de que la austeridad puede producir
crecimiento. Antes al contrario, la austeridad fiscal en una situación de caída
del gasto privado solo puede resultar en una profundización de la recesión. Mitchell
demuestra que ha sido la política fiscal expansiva del gobierno de Madrid,
consentida hipócritamente por la Comisión Europea, la que explica el
crecimiento del PIB a partir de 2013.
A continuación narra cómo el triunfo ideológico del
monetarismo a partir de los años 70 del siglo pasado llevó al abandono de las
políticas de pleno empleo ya que el desempleo pasó a ser una herramienta de la
política macroeconómica al servicio de la redistribución de las rentas del
trabajo al capital. El autor explicó como el BCE salvó al euro gracias a su
programa de compra de títulos de deuda emitidos por los estados de la periferia
europea. Sin embargo, las restricciones al espacio fiscal de los estados
impiden una reactivación decidida de nuestras economías. Si bien una unión
fiscal plena, con una instancia federal capaz de ejecutar decisiones de gasto
que compensaran las caídas de la demanda privada en los territorios de la zona
euro afectadas por un shock asimétrico, sería una solución teóricamente
deseable y posible, considera que ésta no es viable en la Europa actual.
Existen rivalidades nacionales, barreras idiomáticas y diferencias culturales
que impiden hacer realidad esta opción. Por eso considera que la solución para
estados como España es realizar una salida unilateral del euro. Aunque la
salida tiene costes, el crecimiento económico se recuperaría muy rápidamente.
Desde sus primeras formulaciones monetaristas engendradas en
guaridas académicas hasta el triunfo ideológico del paradigma neoliberal a
lomos de la crisis petrolera pasaron tres décadas. El neoliberalismo ha agotado
su recorrido al causar una grave crisis que ha erosionado la cohesión de
nuestras sociedades. La TMM está formulando la respuesta urgente para reparar
los daños que ha causado a nuestra sociedad. Lenta pero inexorablemente el
mensaje de la TMM está calando en una sociedad castigada por la crisis que
necesita otro paradigma.
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