Cita de Roosevelt

"Ningún país, sin importar su riqueza, puede permitirse el derroche de sus recursos humanos. La desmoralización causada por el desempleo masivo es nuestra mayor extravagancia. Moralmente es la mayor amenaza a nuestro orden social" (Franklin Delano Roosevelt)

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jueves, 12 de noviembre de 2020

Fin de la NAIRU (por el momento)

 Este artículo acompaña un vídeo publicado en YouTube.

Quizá uno de los mayores fraudes intelectuales de la ciencia económica de las últimas décadas haya sido el de la tasa natural de desempleo, la idea de que éste tiene causas naturales que no pueden ser evitadas por los instrumentos tradicionales de la política económica y que dependen de la estructura económica, del estado de la técnica y de otras condiciones que no pueden ser resueltas más que con reformas estructurales o políticas de oferta.

La curva de Phillips

El economista neozelandés William Phillips constantó una relación inversa entre tasa de desempleo e inflación. Si la tasa de desempleo es alta los costes salariales no crecerán pero a medida que el paro se reduce los costes salariales irán incrementándose.

Curva de Phiips

Curva de Philips: cuando el desempleo es alto (punto A) los trabajadores tienen menos poder de negociación y no pueden negociar alzas salariales. A medida que el desempleo va cayendo (punto B y luego punto C) son capacces de negociar mejoras salariales causando subidas de costes empresariales que finalmente los empresarios repercuten en los precios.

La relación que describió Philips tiene lógica. Mientras haya desempleo los trabajadores tienen menos capacidad para negociar mejoras salariales y por tanto los empresarios no experimentarán aumentos de costes. Pero, si los trabajadores ganan poder de negociación en un mercado laboral dinámico, pueden lograr mejoras salariales. Como los empresarios son quienes fijan los precios, sobre todo aquellos que explotan monopolios u oligopolios, para mantener su tasa de beneficios no dudarán en subir los precios.

Esta relación se puede comprobar empíricamente para la economía española. En el siguiente gráfico cada punto representa la combinación de tasa de desempleo y crecimiento de los costes salariales experimentada cada año entre 2002 y 2014. Una regresión lineal realizada sobre estos datos nos arrija un coeficiente de correlación de 0.6209.

Curva de Phillips España

Curva de Phillips de la economía española para el período 2002 – 2014

Esta relacion simplemente refleja un conflicto distributivo entre capital y trabajo. Este tipo de conflictos por la distribución de la renta fueron corrientes hasta los años 80 del siglo pasado. Las políticas que garantizaban el pleno empleo fortalecían la capacidad de negociación de los trabajadores que además estaban mejor protegidos por legislación laboral más avanzada que la actual. En aquella época la clase empresarial se enfrentaba a una clase trabajadora combativa que reivindicaba sus derechos y conseguía mejoras salariales.

¿Era preocupante? En realidad no excesivamente. Mientras los salarios crecieran al mismo ritmo que la productividad los precios podían mostrar una senda relativamente estable. Unas tasas relativamente bajas de inflación no podían perturbar tanto la economía.

Esta relación entre inflación y desempleo sugería una política económica en la que sería posible aceptar algo de inflación a cambio de conseguir más empleo y viceversa.

Hasta los años 80 los gobiernos consideraban que el desempleo era un problema de demanda agregada que podía resolverse con estímulos de política fiscal. Esta políticas de estímulo de la demanda, explotando la relación que revelaba la curva de Philips, podían provocar inflación y efectivamente en los años 60 y 70 los episodios de inflación fueron frecuentes. Los gobiernos trataban de encontrar ese punto de la curva que les diese una combinación de tasa de desempleo y tasa de inflación aceptable. Sin embargo esta gestión de las variables de inflación y desempleo fue responsable de frecuentes episodios de crecimiento que eran abortados en cuanto se empezaba a acelerar la inflación; períodos de auge seguidos de episodios de recesión en lo que se ha llamado una política de “boom and bust”.

La tasa natural de desempleo

En los años 60 del siglo XX Milton Friedman y Edmund Phelps desarrollaron el concepto de tasa natural de desempleo. Friedman y Phelps cuestionaron la estabilidad de la curva de Phillips. Si los responsables de las políticas intentaban explotarla se encontrarían con desplazamientos de la curva desarbolando sus esfuerzos. Traslademos este término de desplazamiento de la curva a un lenguaje más llano.

Friedman y Phelps partían de la hipótesis de que los trabajadores tratan de encontrar la combinación de ocio y trabajo que maximiza su utilidad. Para animarse a abandonar el ocio e incorporarse al mercado de trabajo el salario tiene que ser suficientemente alto. Si el salario no les compensa dejan de trabajar y se retiran del mercado de trabajo.

Para los que conocemos el degradado mercado laboral español esta hipótesis parece una broma pero los economistas creen en este tipo de premisas. Hace poco vimos un trabajo en el que unos economistas afirmaban que la reducción observada en los últimos años en el número de horas trabajadas de los varones jóvenes podía explicarse en que el ocio salía cada vez más barato. Una cuenta de Netfilx es más barata que ir al cine[1].

Si tratamos de reducir el desempleo debajo de esta presunta tasa natural los precios empiezan a subir. En la jerga de los economistas: se acelera la inflación.

El problema es que entonces todos los trabajadores incorporarán a sus expectativas esa aceleración de la inflación. Sabiendo que va a haber inflación pedirán incrementos salariales porque lo que les importa es el salario real (el salario una vez descontado el impacto de la inflación). Si no consiguen los incrementos salariales que buscan simplemente se retirarán y la tasa de desempleo volverá a su tasa natural.

Friedman (1968) y Phelps (1967, 1968) definieron la tasa natural de desempleo como aquella que prevalece cuando se confirman las expectativas de inflación.

Un episodio inflacionista

El trabajo de Friedman y Phelps fue muy influyente en el ámbito académico e hizo temblar los cimientos de las políticas económicas de inspiración keynesiana empleadas hasta entonces. Si estaban en lo cierto las políticas de sostenimiento del empleo serían no solo inútiles sino también contraproducentes.

Pero sería un episodio bélico en Oriente Medio el que les daría la victoria ideológica. En los años 70 la Guerra Árabe Israelí llevó a los países árabes productores de petróleo a responder con una subida de los precios del petróleo. Este episodio desencadeno un episodio de inflación relativamente elevada.

Para la comunidad económica esto sirvió de confirmación de que la curva de Phillips no era estable y de que los intentos de mantener el pleno empleo resultaráin en una aceleración de la inflación. Un ejemplo de correlación que no implica causación fue utilizada para avalidar como cierta una tería económica construida sobre fundamentos muy endebles.

La NAIRU

A partir de los años 80 la prioridad de la política económica dejó de ser el pleno emplo que fue sustituido por la estabilidad de precios.

Además los economistas empezaron a cuestionar la eficacia de la política fiscal prefiriendo en su lugar un nuevo juguete, la política monetaria, que además tenía la ventaja de que podía encomendarse a los bancos centrales, entes que podían parapetar sus decisiones, con estatutos y leyes que protegían su “independencia”.

Para contar con un objetivo que podía advertirles prematuramente de que la economía entraba en la zona de riesgo de inflación necesitaban conocer cuál era esa tasa de desempleo “natural”. Se inventó un tecnicismo conocido como ‘tasa de desempleo no aceleradora de la inlación’ (o NAIRU por sus siglas en inglés (Non-accelerating Inflation Rate of Unemployment) y un primo hermano conocido como tasa de desemplo no aceleradora de los salarios o NAWRU.

Los bancos centrales y otros organismos multilaterales realizan sesudos estudios para localizar estos umbrales mágicos.

El propósito es aportar a los bancos centrales una variable de política económica que sirva como señal de alerta para decidir cuándo hay que aplicar políticas monetarias restrictivas (subir tipos de interés).

En definitiva la NAIRU ha sido la justificación ideologica para dejar a millones de personas desempleadas. En España tenemos una larga experiencia de cuatro décadas con tasas de desempleo masivas que podemos agradecer a la comunidad de economistas académicos y banqueros centrales seguidores de la teoría de la tasa de desempleo natural.

Si te quedas en el paro te fastidias: ése es el precio que tú tienes que pagar para que no haya inflación.

La NAIRU es un falsa variable económica

El problema es que la NAIRU es inobservable. Cuando se revisan los estudios que publican los organisos multilaterales la NAIRU siempre se acerca sospechosamente a la tasa de paro más reciente. Por ejemplo, en un trabajo realizado en 2014 por Sebastian Gechert, Katja Rietzler y Silke Tober para el Fondo Monetario Internacional, los autores encontraron que la NAIRU publicada por la Comisión Europea estaba determinada fundamentalmente por la tasa de desempleo más recientemente observada[2].

NAWRU de la Comisión Europea

Gráfico públicado en el estudio de Grechert, Rietzler y Tober para el FMI sobre la NAWRU que publica la Comisión Europea

Esto resulta muy conveniente porque permite a los bancos centrales y a los gobiernos como excusa para no actuar decididamente contra el desempleo…nunca. ¿Para qué habría que actuar si solo se podría provocar inflación y de todas formas no se conseguiría nada?

Pero lo que resulta más grave es que la NAIRU se centra en el síntoma, la inflación, y no en sus causas. La NAIRU simplemente sirve para que los bancos centrales actúen de forma preventiva ante un episodio de inflación que ni siquiera se ha producido aún. Para ello utilizan una variable inobservable y políticas que tienen la precisión de una escopeta de perdigones con las culaes pretenden cancelar proyectos de inversión a través de una variable de coste, el tipo de interés.

Cuestión aparte es la eficacia real de las pequeñas variaciones de tipos de interés que aplican actualmente los bancos centrales. El prolongado episodio de baja inflación que sucedió al período de los años 80 ha convencido a los responsables de los bancos centrales de que estaban ejecutando políticas monetarias útiles y eficaces. Pero se trata del mismo tipo de ilusión que experimentan los usuarios de la homeopatía cuando creen que se han curado de una enfermedad leve cuando ésta simplemente ha seguido su curso. La creencia de los economistas en la utilidad de la política monetaria también ha sido útil para convencer a los gobiernos de que no utilizaran instrumentos de política fiscal.

En realidad la experiencia histórica sugiere que solo subidas drásticas de tipos de interés pueden conseguir un gran impacto en la economía. Un ejemplo sería el shock Volcker, un presidente de la Reserva Federal de los EEUU a principios de los 80 que decidió duplicar los tipos de interés de la noche a la mañana, del 10% al 20%. El schock efectivamente detuvo la inversión y provocó un aumento súbito y desgarrador de la tasa de desempleo.

Actuando preventivamente el resultado de las intervención de los bancos centrales -y de la falta de intervención de los gobiernos- han sido décadas de tasas elevadas de desempleo que han sido muy útiles para deprimir los costes salariales.

El problema de esta política es que, para perpetuar su eficacia, la bolsa de desempleados tiene que seguir creciendo. Una persona que pasa mucho tiempo parada se vuelve inempleable y deja de ser una amenaza creíble para los que retienen sus empleos. Eso obliga a expulsar a más trabajadores para que la NAIRU sigue desempeñando su función disciplinante.

Cómo estabilizar los precios con eficacia

Para hacer frente a la inlación se pueden utilizar herramientas con mayor precisión pero obviamente es más laborioso para los responsables de las políticas económicas. En primer lugar hay que entender las causas de la inflación: por ejemplo entender si hay un conflicto distributivo entre capital y trabajo; identificar los cuellos de botella en determinados sectores; comprender si se dan situaciones de dominio de mercado; conocer los shocks en los costes de las materias primas; o analizar factores institucionales tales como indexación de precios y salarios. Puede ser útil además estudiar las interrelaciones entre sectores y cómo se van transmitiendo los aumentos de precios de unos a otros.

Esta tarea es mucho más rigurosa y laboriosa pero los gobiernos y bancos centrales podrían actuar con mayor eficacia si realizaran este tipo de estudios y posteriormente decidieran qué tipos de políticas son más útiles para contener un proceso inflacionista. En determinados caso será necesario gestionar el conflicto de rentas; en otros habrá que reglamentar o suprimir las situaciones de dominio de mercado; o actuar para corregir los efectos de la indexación, etc. Es posible que en ocasiones haya que aceptar que una subida repentina de los precios de las materias primas se repercuta a toda la economía recordando que una subida temporal de precios no es inflación. Por último no debemos olvidar que el Estado es un agente económico de primer orden que puede utilizar su enorme poder de compra para fijar los precios en sus procesos de compra.

La NAIRU no es un instrumento útil para realizar este tipo de análisis precisos y minuciosos. Necesitamos instrumentos que tengan la precisión de un escalpelo, no la fuerza bruta e imprecisa de una maza.

La FED renuncia a la NAIRU (por el momento)

Desde hace décadas la pasividad de los gobiernos ante el problema de la demanda ha resultado en una atonía creciente de la demanda agregada. Por otra parte, la debilidad de la clase trabajadora, con un poder de negociación muy mermado tras cuatro décadas de globalización, deslocalización, cambios en la estructura productiva y ataques a sus derechos, han dado como resultado que, incluso en períodos de menor desempleo, no se observen tensiones salariales e inflacionistas fuertes. En la jerga de los economistas esto se explica como un “aplanamiento de la curva de Phillips”.

Hace dos semanas el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powll anunció un cambio en la política que desarrolla su institución. Reproduzco a continuación parte de su intervención que está grabada en  un vídeo enlazado debajo. Por lo demás, dar golpecitos suaves con una maza, como hacen los responsables de la política monetaria actuales haciendo ajustes finos en la tasa de interés, es completamente inservible.

https://www.c-span.org/video/?475196-1/fed-chair-powell-announces-policy-change-inflation

“…el mercado laboral históricamente fuerte no provocó un aumento significativo de la inflación. A lo largo de los años, los pronósticos de los participantes del FOMC y los analistas del sector privado mostraron de manera rutinaria un retorno a la inflación del 2 por ciento, pero estos pronósticos nunca se realizaron de manera sostenida (ver figura 3). Los pronósticos de inflación se basan típicamente en estimaciones de la tasa natural de desempleo (u*) y de cuánta presión al alza sobre la inflación surge cuando la tasa de desempleo cae en relación con (esta tasa natural) U*. A medida que la tasa de desempleo baja y la inflación permaneció en silencio, las estimaciones de u* fueron revisándose a la baja. Por ejemplo, la estimación mediana de los participantes del FOMC disminuyó del 5,5 por ciento en 2012 al 4,1 por ciento en la actualidad. La capacidad de respuesta moderada de la inflación a la rigidez del mercado laboral, a la que nos referimos como el aplanamiento de la curva de Phillips, también contribuyó a resultados de baja inflación. Además, las expectativas de inflación a largo plazo, que durante mucho tiempo hemos visto como un importante vector de la inflación real y las presiones desinflacionarias mundiales pueden haber estado frenando la inflación más de lo que se esperaba en general.”

De facto es un reconocimiento de que la NAIRU ha dejado de tener utilidad. Por ahora solo admiten que es una suspensión temporal de las reglas que operan en el mundo de la economía neoclásica. Lo deseable sería que los bancos centrales y los gobiernos las abandonaran de forma permanente.

En otro post explicaremos cómo el Plan de Empleo Garantizado ofrece una alternativa superior que  aplana la curva de Philips manteniendo el pleno empleo.

[1] Mark Aguiar, Mark Bils, Kerwin Kofi Charles y Erik HurstLeisure. Luxuries and the Labor Supply of Young Men June 21, 2017

[2] Sebastian Gechert & Katja Rietzler & Silke Tober, 2014. “The European Commission’s New NAIRU: Does it Deliver?,” IMK Working Paper 142-2014, IMK at the Hans Boeckler Foundation, Macroeconomic Policy Institute.

domingo, 14 de julio de 2019

Alexandria Ocasio-Cortez tumba la NAIRU: KO a la de uno, a la de dos, a la de tres

La semana pasada la joven congresista de origen hispano, Alexandria Ocasio-Cortez dio una lección magistral sobre cómo se tumba uno de los mayores mitos de la economía neoclásica: la NAIRU o tasa de desempleo no aceleradora de la inflación. En una audiencia del congreso el nuevo presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, tuvo que conceder que la relación entre desempleo e inflación ya no se podía sostener. Esto es fundamental porque la NAIRU ha sido la viga maestra de todas las políticas de austeridad y generación intencionada de desempleo que tanto sufrimiento han causado.

En España la Comisión Europea sigue utilizando la NAIRU en sus cálculos para justificar las criminales políticas económicas creadoras de miseria y desempleo. Necesitamos que un político español demuestre el mismo coraje y astucia en sede parlamentaria que Alexandria.

sábado, 26 de mayo de 2018

El significado del déficit estructural

La semana pasada planteaba esta encuesta en Twitter:

El reformado artículo 135 de la Constitución Española dice: 
"El Estado y las Comunidades Autónomas no podrán incurrir en un déficit estructural que supere los márgenes establecidos, en su caso, por la Unión Europea para sus Estados Miembros." ¿Cuál es ese déficit?"
Y ofrecía las siguientes respuestas que fueron contestadas de esta manera:

a. Es imposible calcularlo 21%
b. Se conoce con precisión 17%
c. Se conoce aproximadamente 13%
d. Depende de tu ideología 49%

La mayoría respondió acertadamente "Depende de tu ideología" aunque también es válida la primera respuesta.

¿Qué es el déficit estructural?

 

El concepto de déficit estructural es difícil de precisar y depende de estimaciones que pueden variar según la metodología que se aplique para su cálculo, de tal forma que podrían existir tantas estimaciones como economistas se encuentren en la sala.


Tenemos que entender que durante una recesión el déficit aumenta de forma automática. La recaudación fiscal cae porque muchas personas se quedan en el paro, generan una renta menor y muchas empresas quiebran o ven un descenso en sus ventas y sus ingresos. Todos ellos pagarán menos impuestos. También aumentan ciertas partidas de gasto como los seguros de desempleo. Este es el efecto de los llamados estabilizadores automáticos.

Cuando crece el déficit del gobierno debido al funcionamiento de los estabilizadores hablamos de un déficit cíclico (la causa del déficit es que estamos en un ciclo a la baja). El aumento del déficit no se debe a una decisión discrecional del gobierno. En cambio, el déficit estructural sí nos da información acerca de las intenciones de un gobierno. Puede que un gobierno mantenga un déficit causado por el ciclo económico pero a la vez mantenga un déficit estructural demasiado bajo lo cual indicaría un posicionamiento presupuestario que no es expansivo.

El concepto de déficit ‘estructural’ se define como aquél que se produciría cuando el PIB estuviera en la senda de PIB potencial. Dicho de una forma más clara, sería el nivel de déficit que correspondería a una situación de pleno empleo. Imaginemos que, con la misma legislación fiscal y con las mismas políticas de gasto, nuestra tasa de desempleo fuera del 3% y no del 20%. Si haciendo ese ejercicio especulativo encontramos que el estado tendría un superávit entonces probablemente se podría afirmar que el posicionamiento fiscal del gobierno es más bien conservador y contractivo. Paradójicamente un déficit público, lejos de ser un estímulo, si no tiene la magnitud suficiente, puede indicar un posicionamiento fiscal procíclico, es decir, que actúa profundizando la depresión. De allí la importancia en no fijarse en la cifra contable del déficit público sino en los efectos reales observados en la economía.

El problema es aún más grave si cabe porque, aunque la definición de déficit estructural parece clara su cálculo depende de una estimación del llamado PIB potencial. Pero no es sencillo precisar cuál es el PIB potencial. Se supone que si una economía no se encuentra en pleno empleo estará experimentando una brecha de producción, es decir, estará produciendo menos de lo que produciría si estuviera operando a pleno rendimiento. El economista que tratara de estimar la brecha de producción tendría que partir de los datos estadísticos y empleando técnicas de análisis econométrico determinar cuál sería el PIB potencial si estuviéramos en pleno empleo. Una vez determinado el PIB potencial la brecha de producción sería simplemente BRECHA DE PRODUCCIÓN=PIB REAL—PIB POTENCIAL. Este análisis contrafactual no resulta sencillo y depende en parte de la pericia del economista pero, lo que es aún peor, también de sus propios sesgos ideológicos.

A continuación el economista que quiera llegar al cálculo del déficit estructural tendrá que estimar el componente cíclico del déficit público a través de una estimación econométrica. En este cálculo tendrá que conjeturar la sensibilidad de los ingresos y los gastos públicos a la situación cíclica de la economía. Luego calculará el déficit estructural como aquél déficit público que no se corresponde con un componente cíclico ni con gastos extraordinarios de naturaleza temporal (por ejemplo, una ayuda a la banca, o una inversión extraordinaria). Y así obtenemos el déficit estructural, que es el que está sujeto a las prescripciones del Pacto de Estabilidad y de la Constitución Española. De manera simplificada:

DÉFICIT ESTRUCTURAL=DÉFICIT PÚBLICO—(FACTOR ESTADÍSTICO x BRECHA DE PRODUCCIÓN)—GASTOS EXTRAORDINARIOS.

El anterior cálculo no resulta sencillo porque depende de numerosas hipótesis que debe establecer el economista.

El problema se complica porque hay que decidir qué nivel podría considerarse como el de pleno empleo. Hasta los años 70 los estados tenían claro que el pleno empleo correspondía con una tasa de desempleo relativamente baja, por ejemplo del 2%. Sin embargo el triunfo ideológico del liberalismo, con su obsesión antiinflacionista, ha conseguido imponer una definición del pleno empleo más críptica que se conoce como “tasa de desempleo no aceleradora de la inflación” o NAIRU por sus siglas en inglés (Non-Accelerating Inflation Rate of Unemployment). Esto concepto no aclara nada porque no es fácil establecer una relación de causa-efecto entre empleo e inflación. Resulta además sangrante comprobar que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) estimaba en 2013 que la NAIRU de España se correspondía con una tasa de desempleo del 15,6% (OCDE, 2012). La última revisión de la CE rebajó la NAIRU española del 26,6% al 20,7% en 2015 (Gechert, Tober, & Rietzler, 2014). Obviamente cualquier PIB potencial que se calcule con esas premisas estará sesgado a la baja de forma que lo que aparentemente es un déficit estructural sería un superávit para un economista que empleara otras premisas. De toda la reflexión anterior se deduce que introducir en la Constitución Española la obligación de alcanzar un nivel de déficit cuyo cálculo solo puede ser aproximado crea arbitrariedad e indefensión jurídica. Las instituciones europeas han subestimando gravemente con toda probabilidad cuál era nuestro PIB potencial y por tanto exagerado el déficit estructural.


Fuente: Sebastian Gechert, Katja Rietzler and Silke Tober (2014). The European Commission’s New NAIRU: Does it Deliver?






Zapatero introducía en 2011 la reforma del artículo 135 de la Constitución. La reforma fue aprobada con el apoyo del Partido Popular de forma urgente por las Cortes, hurtándose a la ciudadanía el debate sobre su necesidad o las consecuencias que tendría. Aunque muchos han considerado como más relevante que el artículo antepone el pago de la deuda pública a cualquier otra política de gasto este aspecto no resulta tan preocupante si recuperamos nuestra soberanía monetaria porque siempre podremos pagarla. El apartado más relevante de este artículo es el compromiso de mantener un déficit público estructural por debajo de los márgenes establecidos por la Unión Europea. Este se concretó en la Ley 2/2012 de Estabilidad presupuestaria, estableciendo un máximo del 0,4% del PIB. El artículo contempla que ese objetivo no se cumpla en situaciones de crisis económica o catástrofe.

Esta reforma fue contraproducente porque es arbitraria. No hay justificación científica o técnica para decidir que el déficit estructural deba ser del 0,4%. Un límite tan bajo, de aplicarse en la práctica llevaría a la economía española a una depresión perpetua. Además, al ser un concepto impreciso, crea inseguridad jurídica.
Este texto está extraído de mi libro El Leviatán Desencadenado, que pueden comprar aquí si les interesa.