Un texto extraído del libro Quinto de Comentarios Reales que tratan del Origen de los Incas, escrito por Garcilaso Inca de la Vega y publicado en 1609. Describe un sistema de tributación en una economía no monetaria.
El principal tributo era el labrar y beneficiar las tierras del
Sol y del Inca, y coger los frutos, qualesquiera que fuesen y encerrarlos en
sus Orones y ponerlos en los Pósitos Reales, que avía en cada Pueblo, para
recoger los frutos y uno de los principales frutos era el Uchu, que los
Españoles llaman Axi y por otro nombre Pimiento.
(…)
La cosecha del Sol y la del Inca se encerraba cada una
de por sí, a parte, aunque en unos mismos Pósitos: la semilla para sembrar, la dava el dueño de la tierra, que es el Sol o el Rey; y lo mismo era el sustento de
los Indios que trabajavan, porque los mantenían de la Hacienda de cada uno
dellos, quando labraban y beneficiaban sus tierras: de manera que los Indios no
ponían mas del trabajo personal. De la cosecha de sus tierras particulares, no
pagavan los Vasallos cosa alguna al Inca.
(…)
La tercera parte de las tierras
dava el Inca para la Comunidad. Desta tercera parte ningún Particular poseía
cosa propia ni jamás poseieron los Indios cosa propia, si no era por Merced
especial del Inca y aquello no se podía enagenar ni aun dividir entre los
herederos. Estas tierras de Comunidad, se repartían cada año y a cada uno se le
señalava el pedaço que avía menester para sustentar su persona y la de su
Muger, e hijos, y assí era unos años más y otros menos, según era la Familia;
para lo qual avía ya sus medidas determinadas. Desto, que a cada uno se le
repartía, no dava jamás Tributo, porque todo su Tributo era labrar y beneficiar
las tierras del Inga y de las Guacas y ponerles en sus Depósitos los frutos
etc.
(…)
Si el tributo principal, que era sembrar las tierras,
coger y beneficiar los frutos del Sol y del Inca daban otro segundo tributo,
que era hacer de vestir y calçar y armas para el gasto de la Guerra y para la
Gente pobre, que eran los que no podían trabajar por vejez o por enfermedad. En
repartir y dar este segundo tributo, avía el misma orden y concierto que en
todas las demás cosas.
En suma, cada Provincia y Nación dava de lo que tenía de su
cosecha sin ir a buscar a Tierra agena lo que en la suia no avía, que no le
obligaban a más: en fin pagavan su tributo, sin salir de sus casas, que era Ley
universal para todo el Imperio que ningún Indio saliese fuera de su Tierra a
buscar lo que hubiese de dar en tributo, porque decían los Incas que no era
justo pedir a los Vasallos lo que no tenían de cosecha y que era abriles la
puerta para que, en achaque de tributo, anduviesen vagando de tierra en tierra,
hechos holgaçanes. De manera que eran quatro las cosas que, de obligación, daban
al Inca, que eran bastimentos de las proprias tierras del Rey, Ropa de Lana de
su Ganado Real, Armas y Calçado de lo que avía en cada Provincia. Repartían
estas cosas por gran orden y concierto. Las Provincias, que en el Repartimiento
cargavan de Ropa, por el buen aliño que en ellas avía para hacerla, descargaban
de las Armas y del Calçado; y por el semejante a las que daban más de una cosa,
descargavan de otras y en todas cosa de contribución avía el mismo respecto. De
manera que ni en común ni en particular, nadie se diese por agraviado.
(…)
Otra manera de tributo daban los impedidos, que llamamos
pobres, y era que, de tantos a tantos días, eran obligados a dar a los
Governadores de sus Pueblos, ciertos cañutos de piojos. Dicen que los Incas
pedían aquel tributo porque nadie (fuera de los libres de tributo) se esentase
de pagar pecho, por pobre que fuese y que a esto se lo pedían de piojos porque, como pobres impedidos, no podían hacer servicio personal que era el tributo que
todos pagavan. Pero también decían que la principal intención era Celo amoroso
de los pobres Impedidos por obligarles a que se despiojasen y limpiasen, porque
como gente desastrada no perecieren comidos por piojos.
(…)
El Oro y Plata y las Piedras preciosos, que los Reyes Incas
tuvieron en tanta cantidad, como es notorio, no era de tributo obligatorio que
fuesen los Indios obligados a darlo, ni los Reyes lo pedían porque no lo
tuvieron por cosa necesaria para la Guerra ni para la Paz y todo esto no
estimaron por Hacienda ni Tesoro, porque como se sabe, no vendían ni compravan
cosa alguna por Plata ni por Oro ni con ello pagavan la Gente de Guerra ni lo gastaban
en socorro de alguna necesidad que se les ofreciese; y por tanto lo tenían por
cosa superflua, porque ni era de comer, ni para comprar de comer: Solamente lo
estimavan por su hermosura y resplandor para ornato y servicio de las Casas
Reales y Templos del Sol.
El Oro y Plata y las Piedras preciosos, que los Reyes Incas tuvieron en tanta cantidad, como es notorio, no era de tributo obligatorio que fuesen los Indios obligados a darlo, ni los Reyes lo pedían porque no lo tuvieron por cosa necesaria para la Guerra ni para la Paz y todo https://ideandando.es/que-fue-la-batalla-de-puebla/
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