El comercio exterior obliga a establecer un tipo de cambio entre las monedas que emplean agentes ubicados en distintas zonas monetarias. Este tipo de cambio puede variar libremente en función de la oferta y la demanda o las autoridades pueden intervenir para controlarlo. Existen varios regímenes monetarios que ordenamos a continuación en función del mayor o menor control que le permiten al estado sobre los recursos de la nación.
- Tipo de cambio fluctuante: la divisa cotiza en relación a otras en el mercado sin intervenciones del banco central. El dólar de EEUU, la corona islándica, el yen japonés o el euro son ejemplos de países que dejar fluctuar libremente sus divisas.
- Tope de tipo de cambio: Se determina un tope a la apreciación de la propia divisa frente a otra de referencia. Normalmente esta estrategia la emplean países mercantilistas que suelen mantener una balanza comercial favorable. Estos países pueden defender un tope de tipo de cambio porque implica comprar la divisa extranjera y vender la propia. Como el banco central tiene capacidad ilimitada de crear su propia moneda y el país está succionando divisas extranjeras gracias a su superávit comercial esta estrategia no plantea muchas dificultades. Lo que pretende el banco central es no perder su ventaja competitiva por una apreciación del tipo de cambio que encarezca sus exportaciones y abarate las importaciones. Otra razón puede ser evitar la importación de niveles de precios de otros países tal como hicieron Dinamarca, Suiza y la República Checa para protegerse del episodio deflacionista que afectó a la zona Euro entre 2013 y 2016. La caída de los tipos de interés en la zona euro hasta territorio negativo provocó la entrada de depósitos en estos países que también se vieron obligados a llevar sus tipos de interés a 0% y poner un tope a la apreciación de sus monedas. Dejar que su moneda se apreciase habría acelerado la deflación al abaratar aun más las mercancías procedentes de la zona monetaria vecina.
- Tipo de cambio fluctuante dentro de una banda: la moneda cotiza libremente dentro de una banda más o menos estrecha respecto a otra moneda de referencia (normalmente el dólar de los EE.UU. o una cesta de monedas). Cuando el tipo de cambio se acerca a un límite inferior o superior de la banda el banco central debe intervenir para defender el tipo de cambio; en el primer caso comprando su moneda y vendiendo sus reservas de divisas; en el segundo vendiendo su moneda y comprando divisas. Ejemplo de este sistema fue el sistema monetario europeo antes de la creación del euro que permitía una banda de oscilación de ±2,25% (±6% para países como España o Italia).
- Tipo de cambio fijo o peg: la moneda cotiza a un tipo de cambio fijo e irrevocable respecto a otra moneda o una cesta de monedas. Esto quiere decir que el banco central debe intervenir diariamente comprando y vendiendo su moneda en los mercados para mantener el tipo de cambio. Es extraordinariamente difícil mantener un tipo de cambio fijo y lo normal es que los países opten por una banda estrecha de oscilación. Un ejemplo de peg es el patrón oro como el que fijo EEUU durante el régimen de Bretton Woods de $35 por onza.
- Convertibilidad o currency board: el banco central asegura la plena convertibilidad entre su moneda y la de un país extranjero. Por tanto comprará toda la divisa del país extranjero que se le ofrezca y venderá toda la divisa extranjera que se le demande a ese precio. No podrá emitir moneda nacional por mayor importe que las reservas que posea el banco central que a su vez solo podrá obtener mediante exportaciones y entradas de capitales. Los ejemplos más conocidos son la Argentina que acabó en la crisis del Corralito de 2001 y algunos microestados. En África varios estados están integrados en la zona del Franco de la comunidad financiera africana donde el tesoro francés garantiza su convertibilidad al euro. Este es también el régimen que predomina en Bulgaria que mantiene una convertibilidad de su moneda, la leva, con el euro cada vez más criticado por muchos economistas que defienden el retorno al tipo de cambio flotante.
- Zona monetaria: varios países comparten una moneda común pero no un estado común. El ejemplo más conocido es la zona euro pero otro antecedente es la zona rublo que sucedió durante unos años a la disolución de la URSS.
- Usuarios de moneda extranjera: algunos países renuncian a emitir su propia moneda y utilizan la de un tercer país. En este caso la única forma de conseguir moneda es a través de las exportaciones. Algunos países que han renunciado a su propia moneda son Ecuador, que usa el dólar de los EEUU y Bosnia-Herzegovina que es usuario del euro. En cierto sentido los países de la zona euro también pueden considerarse usuarios de una moneda extranjera.
stuart, interesante aporte, poseo un miniblog de indole financiero https://blog.freezl.es/ y he dado contigo de casualidad, gracias por compartir me gusta tu blog
ResponderEliminar