Artículo escrito por Esteban Cruz Hidalgo y Stuart Medina Miltimore y publicado en la sección Luces Rojas de Infolibre.
Las premisas básicas del programa económico de Ciudadanos fluyen de
forma que es difícil discrepar: necesitamos competir en un mundo globalizado,
luchar contra la precariedad laboral, acabar con el capitalismo de amiguetes y
con el despilfarro público. Estas cuestiones responden a lo que la mayoría
considera de sentido común, de las que surgen las medidas destinadas a la
creación de empleo que aquí brevemente analizamos. «¡Hay que avanzar hacia el
modelo danés!», exclaman, introduciéndonos a un concepto que tildan de
rompedor: la “flexiseguridad”. El triángulo de oro a los daneses les funciona,
pero, ¿lo haría igual para nuestra estructura económica e institucional? ¿Es
que el mercado laboral puede entenderse separado del funcionamiento del mercado
de bienes y servicios? Evidentemente no nos parecemos mucho a los “latinos del
norte” como llaman a los daneses; y en el planteamiento de una fuerza laboral
cuyo mercado se autorregula como cualquier otra mercancía subyace una visión
muy ortodoxa de cómo funciona la economía. Aseguran que su programa está
construido «desde la sensatez y la
confianza», lo que en términos
generales significa que no se han desviado ni un ápice de los principios que en
materia económica nos han llevado hasta la situación actual, vamos a verlo.
El programa de C’s responde nítidamente al canon neoliberal dominante. No
pudimos evitar la impresión de haberlo leído antes. La doctrina, el lenguaje,
incluso el estilo recuerdan a los informes surgidos de la Comisión Europea. Por ejemplo, consulten el “Country Report Spain 2015 Including an
In-Depth Review on the prevention and correction of macroeconomic imbalances”.
Busquen las siete diferencias.
Desde el preámbulo hasta el final del epígrafe nos vamos encontrando de
forma reiterativa con los aspectos fetiche de una gestión de la economía
responsable: formación, competitividad y emprendimiento. Preocuparse únicamente por
los ingredientes por el lado de la oferta dejan hueca la receta para salir de
la crisis, unos cimientos muy débiles para el objetivo que se proponen: un
modelo de crecimiento a largo plazo sostenido por la innovación.
Las herramientas que integran la estrategia de formación parecen ir en
línea de evitar los chanchullos del sistema actual, señalando a la patronal y
sindicatos. El desempleado pasaría a recibir la ayuda en forma de bonos que
podrá destinar a los cursos que él elija, compitiendo las empresas que ofrezcan
los diversos cursos por atraerlo. Para esta medida proponen elevar el dinero
que se destina para asegurar su éxito, pero además el trabajador parado será
orientado en la búsqueda de empleo por agencias privadas de colocación a través
de un servicio de empleo individualizado con perfiles curriculares. Aquí
tenemos una gran oportunidad de negocio privado para que unos pocos se forren mareando
a los desempleados en la búsqueda de empleos que no existen.
Ciudadanos reconoce que el «estigma
asociado a una experiencia continuada en el desempleo se ve reforzado por la
carencia o depreciación de las competencias necesarias para su reintegración
laboral». No podemos estar más de acuerdo. Sin embargo discrepamos de la
clásica receta que culpabiliza al parado y que trata de exponer el problema del
desempleo a nivel microeconómico, como consecuencia de un sistema de incentivos
mal planteado. El problema del desempleo no es la formación, ni las leyes
laborales, ni la prolija normativa burocrática. Fiarlo todo a las políticas de
oferta no resolverá el problema. Es un problema de falta de demanda y de
expectativas de beneficios en los mercados de bienes y servicios que llevan al
empresario a no ampliar su capacidad de producción y por tanto, a no contratar
trabajadores.
Mientras esperamos a que estas personas, cada vez más formadas,
encuentren trabajo gracias a una futura reactivación. ¿De qué van a vivir si ya
no cobran una prestación de desempleo? Al final, si, sorprendentemente, las
políticas activas de empleo no funcionan para algún zoquete, para este
colectivo, Ciudadanos transige con una “Renta
de Reintegración”, percepción condicionada a que el desempleado,
obedientemente, siga dedicando su tiempo a más formación.
También hay soluciones para los bajos salarios y la precariedad
laboral. La segunda propuesta estrella de Ciudadanos es crear un marco laboral
que elimina la temporalidad, que en la práctica convierte todos los contratos
en temporales. Es lo que llaman pedantemente el marco de «relaciones laborales 2.0». El
contrato temporal se sustituye con el “contrato
para la igualdad de oportunidades”. La clave está en la “flexibilidad
empresarial” combinado con la “estabilidad laboral”. Las indemnizaciones por despido se sustituyen
por la “cuenta individual para el despido”, una retención del salario
equivalente al 1% de su salario. Ya no son todos los trabajadores en activo
quienes aseguran al trabajador despedido, es el seguro contratado por el
empresario el que cubre esa contingencia mediante un instrumento de ahorro
forzoso impuesto al trabajador. Además el empresario ya no asume el coste de
indemnizar al trabajador despedido sin causas objetivas. Aquí detectamos otra
gran oportunidad de negocio privado, en este caso para el sector financiero al
cual se confiaría la gestión del seguro.
Para acabar con los salarios bajos proponen un “Complemento de Garantía
Salarial (CSG)” que cobrarían las rentas que no superen un determinado umbral
como una bonificación en el impuesto sobre la renta. Nuestra principal pega al
CSG es que acabe funcionando como una subvención para que los empresarios igualen
por abajo los salarios.
El programa aborda una reforma de los impuestos directos que los simplifique
para reducir oportunidades de evasión fiscal, aumentar la recaudación fiscal y
recuperar a las clases medias trabajadoras. Dentro de este último objetivo
encajaría el CSG pero recalcamos que es para las clases trabajadoras porque, si
usted no está empleado, no lo percibirá, es decir pensionistas y desempleados
no se beneficiarán del CSG. El desbrozo de nuestro sistema fiscal es una
asignatura pendiente que aplaudimos pero, caveat
emptor, las más beneficiadas por la reducción de tipos en la escala de
gravamen que propone C’s son las rentas muy altas.
Otro pilar de Ciudadanos son las reformas estructurales destinadas a
competir en un mundo globalizado. No se trata de «reindustrializar siguiendo patrones obsoletos» —suponemos que se
refieren a las políticas que tanto éxito tuvieron en toda Europa en los años 50
y 60 y que llevaron a una situación de pleno empleo—. Aquí C’s descubre el
Orinoco y, de paso, que el problema del tejido empresarial es que predominan las
PYMES con escasa capacidad de innovación. Para resolver este asunto proponen
fórmulas de colaboración público-privada, poniendo los Organismos Públicos de Investigación
al servicio de las empresas a través de lo que llaman la “Red Cervera”. ¿En qué
difiere esto de lo que se lleva haciendo en esta materia en los últimos veinte
años? Sorprendentemente, tras loar las excelencias de la I+D el programa
profundiza en determinados sectores. ¿Cuáles? Los de siempre, turismo y
agroalimentario.
En este epígrafe destinado a la innovación son continuas las
referencias a Estados Unidos, pero se olvidan quizás de lo más importante: la
potentísima implicación del Estado en la innovación, no solo para apoyarla,
sino para liderarla. Nos aclaran que las empresas en España no crecen hasta el
mismo tamaño que en otros países, lo cual se achaca ¡a la excesiva regulación!
Nos descubren que los emprendedores pasamos horas y horas haciendo trámites y
papeleos, y que nos da miedo crecer. La solución que sugieren son las
ventanillas únicas, unificación de trámites, etc. La pregunta que nos hacemos
es ¿dónde ha estado viviendo el principal artífice de este programa todos estos
años? Uno de los firmantes de este artículo constituyó su empresa en menos de
48 horas gracias a la figura de la SLNE hace 11 años. Siempre es bueno que nos
reduzcan los trámites burocráticos, pero lo determinante para la actividad es una
reactivación de la demanda, tener expectativas de beneficios.
Para fomentar la innovación C’s plantea fomentar esos mismos préstamos
blandos que cargan a las empresas de deudas y luego las llevan a concurso de
acreedores. También nos aclaran que las empresas no sabemos buscar el dinero. Supongo
que los autores no han sido emprendedores tecnológicos: no es que no sepamos,
es que no existen fuentes de financiación. Pero la excusa es buena para
introducir otro programa de formación, éste para el emprendedor. Empresario, si
Vd. vota a Ciudadanos no sabemos si encontrará capital y negocio, lo que sí
sabemos es que no le van a quedar horas para dedicar a otra cosa que no sea
formación. En una apuesta menos alejada de la realidad que la del plan Juncker,
proponen la aportación de fondos públicos a través del ICO con match funding en cumplimiento del
sacramento neoliberal de que el Estado necesita la sabia guía de la iniciativa
privada pues no sabría tomar decisiones de inversión.
Una propuesta interesante es que los créditos fiscales generados por la
actividad de I+D que no puedan ser aprovechados por el empresario por estar en
situación de pérdidas puedan ser transmitidos al fondo de inversión. La idea
sin duda merece alguna atención aunque, de nuevo, parece que los autores no se
han leído la Ley del Emprendedor que, en determinados supuestos, permite
solicitar el abono de la deducción a la Administración Tributaria. El olvido de
esta Ley lo revela la sugerencia de introducir incentivos para el
establecimiento de profesionales extranjeros con visas exprés y un paquete de
recibimiento (entendemos que los exiliados sirios no podrían beneficiarse de
estas ayudas). Los autores de ésta análisis preferiríamos un plan para
recuperar a los miles de investigadores españoles con talento que han tenido
que largarse de este país.
Entre los autónomos detectan una baja tasa de supervivencia y una
escasa vocación emprendedora, ignorando que se trata de autoempleo de parados
desanimados. ¿Solución? De nuevo, más formación. También sugieren que los
autónomos con ingresos inferiores al Salario Mínimo Interprofesional no tengan
que darse de alta ni paguen cuotas de Seguridad Social. Está bien, pero en
nuestra opinión, el objetivo sería que no hubiera nadie en esa situación; no
legalizar el mercado negro de trabajo. No obstante, como proponen unificar los
inspectores de Hacienda con los de trabajo nos tememos que el efecto final sea
que se siga persiguiendo el fraude fiscal y cada vez menos el fraude laboral.
¿Y de la moneda común? Que hace falta «más Europa», lo que significa que los países del Sur debemos
comprometernos «con seriedad a un
programa de reformas estructurales» y racionalizar el gasto de las administraciones
a todos los niveles tal y como se expone en las recomendaciones de la Comisión
Europea para España. A cambio, los países del Norte mostrarán su solidaridad
con nosotros con un fondo de desempleo que se destinará íntegramente —sí, lo
han adivinado— a financiar programas de formación.
En fin, que si como predicen las encuestas, Ciudadanos es determinante
en el nuevo Gobierno, seguiremos teniendo una de las tasas de desempleo más
elevadas entre los países de la OCDE y nuestra marcha dependerá de estímulos
externos. El “más difícil todavía” si, como dice el FMI, todos los países
acometen políticas de austeridad y de devaluación interna. Olvidémonos de una
política expansiva que conecte el gasto fiscal y las inversiones en innovación a
través de un sector público fuerte y una estructura del euro funcional.
No negamos el papel emprendedor del sector privado, pero creemos que es
preciso superar el desprestigio del Estado como enemigo de la empresa si
queremos salir de la crisis. Las resistencias hacia la relación de simbiosis
entre el sector público y privado parte de una ideología interesada en extraer
unos beneficios privados más elevados para unos pocos a costa de reducir el
bienestar del conjunto de la sociedad, es decir, en mantener una relación parasitaria.
Un planteamiento coherente con el funcionamiento de los balances sectoriales se
apoya en la visión de un Estado que dinamiza la economía y sirve al bienestar social
mediante la ampliación y creación de mercados y la satisfacción de necesidades sociales,
contribuyendo al objetivo de pleno empleo y al aumento de la riqueza total. Para
financiar el crecimiento no solo hay que ser inteligente, sino también
inclusivo.
Una economía dinámica no puede sobrevivir a la incertidumbre sumida en
la desigualdad y el despilfarro de recursos, pues es la expectativa de
realización sobre los beneficios futuros lo que lleva a las empresas a invertir
e innovar, aumentando su capacidad productiva e impulsando los cambios
tecnológicos radicales. Las medidas expuestas en el programa de Ciudadanos
deberían complementarse con otras que activen el papel fundamental de la
demanda para su éxito, lo que hace necesario repensar el papel del Estado en la
economía. Si llevamos veinte años desarrollando políticas similares sin resultados,
¿qué nos hace pensar que ahora sí van a funcionar? ¿O volveremos a crear una
nueva ilusión de prosperidad cubriéndonos con alguna burbuja?
Esteban
Cruz Hidalgo es Licenciado en
Economía y Máster en Investigación en Ciencias Sociales y Jurídicas,
especialidad Economía, Empresa y Trabajo. Miembro da ATTAC Extremadura, del
Instituto de Economía Política y Humana y de La Asociación por el Pleno Empleo
y la Estabilidad de Precios.
Stuart
Medina Miltimore es
vicepresidente de la Asociación por el Pleno Empleo y la Estabilidad de
Precios. Además es economista y MBA por la Darden School de la Unversidad de
Virginia. Acumula más de 30 años de experiencia profesional en los sectores de
material eléctrico, TIC y biotecnología. Fundó en 2003 la consultora MetasBio
desde la que ha asesorado a numerosas empresas de diversos sectores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Quiere comentar la entrada o aportar algún dato? Me gusta oír lo que piensan mis lectores. No obstante, tengo que moderar los comentarios para evitar que trolls y faltones rebajen el tono del debate.