En el post anterior sobre el dinero explicábamos que el dinero se podía definir como una deuda "monetizable", es decir, que se podía asignar a un tercero en una transacción comercial. Lo que le confiere la característica de "moneda" es que sea aceptable por la otra parte porque el emisor sea considerado digno de crédito. Normalmente, cuando pensamos en dinero, pensamos sobre todo en el creado por el estado. Esto es consistente con la afirmación de que el estado es el creador en régimen de monopolio del dinero. Sin embargo este monopolio se refiere a la definición de la unidad de cuenta y la determinación de su valor. Pero otros agentes crean dinero.
Quienes tengan algunos años recordarán las letras de cambio. Actualmente son una antigualla pero hasta los años 80 era habitual pagar a los proveedores con una letra de cambio. La letra de cambio era un documento privado muy empleado en el tráfico comercial. Normalmente tenían vencimientos a plazos de 30, 60, 90 días o incluso plazos superiores. En una letra de cambio intervienen tres sujetos: el librador, el librado y el tomador o tenedor.
La letra de cambio surgió en le Edad Media y era en las famosas ferias, como la de Medina del Campo en Castilla, donde estas letras se compensaban saldándose la diferencia con numerario. Hasta el siglo XIX este tipo de documentos de crédito circularon ampliamente y era habitual ver una larga lista de firmas debida a sucesivos endosos. Si el espacio del reverso se agotaba se podían añadir más páginas para nuevos endosos. Debido a su vinculación con el tráfico mercantil el volumen emitido se correspondía con el nivel de actividad económica. Sin embargo el nuevo tomador podía aceptar el papel con un descuento respecto al importe librado originalmente. Cuanto menor era el crédito de las firmas que aparecía en el documento mayor era el descuento que podía exigir un nuevo tomador.
Las letras de cambio se acercan mucho a la definición de dinero de Geoffrey W. Gardiner.
Los bancos también crean una forma de dinero que llamamos depósitos bancarios. Estos depósitos pueden ser exigibles a la vista, en cuyo caso hablamos de cuentas corrientes, o pueden tener un plazo de vencimiento a partir del cual podemos disponer de su saldo, los depósitos o imposiciones a plazo. Cuando saldo una deuda puedo utilizar dinero del estado -billetes y monedas pero, -sobre todo para transacciones de mayor importe- puedo ordenar una transferencia desde mi cuenta bancario a la de mi acreedor. A diferencia de las letras de cambio, el dinero de mi cuenta bancaria se aceptará por su valor nominal sin descuento.
¿Por qué el dinero bancario tiene mayor aceptación que la de un comerciante? En los sistemas modernos el estado reconoce algunas formas de dinero aceptándolos como medio de pago. Puedo pagar mis impuestos con dinero del estado y también con transferencias desde mi cuenta bancaria (dinero bancario) pero no con una letra de cambio. Ésta es la razón principal por la que el dinero bancario tiene un grado de aceptación tan alto como el del estado. Pero hay otras. En primer lugar los estados modernos han creado fondos de garantía de depósitos que nos aseguran que cobraremos al menos una parte de nuestros depósitos en el caso de que nuestra entidad bancaria se volviera insolvente. Los bancos centrales están dispuestos a facilitar líneas de liquidez de emergencia a los bancos. Además, los bancos mantienen posiciones en títulos cotizados de alta calificación crediticia en sus balances para el caso de que necesiten generar liquidez inmediatamente. Los bancos centrales están dispuestos a comprar estos títulos y de esta manera ayudan a mantener la solvencia y liquidez de un banco en apuros. En definitiva es el respaldo del estado y su disposición a compartir el monopolio con los bancos el que permite que el dinero de éstos tenga la máxima aceptación. Este es un privilegio que concede el estado únicamente a quienes tienen una ficha bancaria y por tanto seguimos hablando de un régimen de monopolio (Observen que esto solo aplica para aquellos estados que disfrutan de soberanía monetaria. Éste no es el caso de los estados miembro del euro.)
Geoffery Ingham resume de esta manera la cuestión de la jerarquía del dinero:
Quienes tengan algunos años recordarán las letras de cambio. Actualmente son una antigualla pero hasta los años 80 era habitual pagar a los proveedores con una letra de cambio. La letra de cambio era un documento privado muy empleado en el tráfico comercial. Normalmente tenían vencimientos a plazos de 30, 60, 90 días o incluso plazos superiores. En una letra de cambio intervienen tres sujetos: el librador, el librado y el tomador o tenedor.
- El librador o girador es la persona que emite la letra, incluyendo en el documento una orden de pago.
- El librado es la persona designada por el librador en el título, es quien debe cumplir con la orden de pago, para lo cual deberá aceptar la letra, convirtiéndose en aceptante u obligado cambiario.
- El tenedor o tomador es el sujeto que recibe la letra y la posee legitimamente, pudiendo exigir el cumplimiento de la orden de pago al librado llegado el momento del vencimiento.
Una característica de la letra de cambio es que puede ser endosada a un tercero. Es decir, si un comerciante tiene en su cartera letras de sus clientes no vencidas, podría utilizarlas para saldar sus propias deudas con terceros endosándoles letras entregadas por sus clientes (el librador o librado en la el título de crédito). En épocas en las que había poco dinero creado por el estado este tipo de papel comercial podía circular como si fuera dinero. En la siguiente imagen podemos ver el anverso y reverso de la letra de cambio. Es importante fijarse en el reverso pues en él existe espacio para sucesivos endosos de la letra de cambio. En cada transacción el endosante transmite el documento a un nuevo tenedor pero cada endosante sigue siendo responsable en el caso de que el librado no atienda el pago al vencimiento. Por eso una letra era tan buena como las firmas que aparecían en el documento.
La letra de cambio surgió en le Edad Media y era en las famosas ferias, como la de Medina del Campo en Castilla, donde estas letras se compensaban saldándose la diferencia con numerario. Hasta el siglo XIX este tipo de documentos de crédito circularon ampliamente y era habitual ver una larga lista de firmas debida a sucesivos endosos. Si el espacio del reverso se agotaba se podían añadir más páginas para nuevos endosos. Debido a su vinculación con el tráfico mercantil el volumen emitido se correspondía con el nivel de actividad económica. Sin embargo el nuevo tomador podía aceptar el papel con un descuento respecto al importe librado originalmente. Cuanto menor era el crédito de las firmas que aparecía en el documento mayor era el descuento que podía exigir un nuevo tomador.
Las letras de cambio se acercan mucho a la definición de dinero de Geoffrey W. Gardiner.
Si una obligación es endosable, puede ser utilizada no solo como medio de cambio sino también como reserva de valor. Si esta obligación no solo es endosable sino que además está expresada en términos de una medida patrón de valor, puede ser apropiadamente considerada como dinero.Sin embargo la letra de cambio no siempre se transmitían por su valor nominal. Quienes trabajamos en los 80 en departamentos financieros de las empresas recordaremos que era habitual que las empresas negociasen con sus bancos una línea de descuento de papel comercial. Para obtener liquidez, es decir, depósitos, un dinero con mayor grado de aceptación que una letra, llevábamos las letras de cambio que aun no habían vendido al banco donde las endosábamos con un descuento calculado en función de un tipo de interés y el plazo pendiente para su vencimiento para anticipar el cobro. Esto ocurría porque nosotros podíamos conocer a nuestros clientes y por tanto hacernos una idea cabal de su solvencia pero nuestros proveedores quizás no y por tanto era complicado a veces saldar nuestra deuda endosándoles letras de nuestros clientes Había proveedores que solo aceptaban en pago dinero bancario. De esta forma recibíamos un depósito en nuestra cuenta del banco y podíamos utilizar ese dinero para saldar nuestras deudas. En ocasiones recibíamos una sorpresa desagradable porque la letra que habíamos descontado no se atendía a su vencimiento y el banco nos cargaba en cuenta el importe nominal de la letra más una comisión de impago. Claramente las letras de cambio no son tan buenas como otros tipos de dinero.
Los bancos también crean una forma de dinero que llamamos depósitos bancarios. Estos depósitos pueden ser exigibles a la vista, en cuyo caso hablamos de cuentas corrientes, o pueden tener un plazo de vencimiento a partir del cual podemos disponer de su saldo, los depósitos o imposiciones a plazo. Cuando saldo una deuda puedo utilizar dinero del estado -billetes y monedas pero, -sobre todo para transacciones de mayor importe- puedo ordenar una transferencia desde mi cuenta bancario a la de mi acreedor. A diferencia de las letras de cambio, el dinero de mi cuenta bancaria se aceptará por su valor nominal sin descuento.
¿Por qué el dinero bancario tiene mayor aceptación que la de un comerciante? En los sistemas modernos el estado reconoce algunas formas de dinero aceptándolos como medio de pago. Puedo pagar mis impuestos con dinero del estado y también con transferencias desde mi cuenta bancaria (dinero bancario) pero no con una letra de cambio. Ésta es la razón principal por la que el dinero bancario tiene un grado de aceptación tan alto como el del estado. Pero hay otras. En primer lugar los estados modernos han creado fondos de garantía de depósitos que nos aseguran que cobraremos al menos una parte de nuestros depósitos en el caso de que nuestra entidad bancaria se volviera insolvente. Los bancos centrales están dispuestos a facilitar líneas de liquidez de emergencia a los bancos. Además, los bancos mantienen posiciones en títulos cotizados de alta calificación crediticia en sus balances para el caso de que necesiten generar liquidez inmediatamente. Los bancos centrales están dispuestos a comprar estos títulos y de esta manera ayudan a mantener la solvencia y liquidez de un banco en apuros. En definitiva es el respaldo del estado y su disposición a compartir el monopolio con los bancos el que permite que el dinero de éstos tenga la máxima aceptación. Este es un privilegio que concede el estado únicamente a quienes tienen una ficha bancaria y por tanto seguimos hablando de un régimen de monopolio (Observen que esto solo aplica para aquellos estados que disfrutan de soberanía monetaria. Éste no es el caso de los estados miembro del euro.)
Geoffery Ingham resume de esta manera la cuestión de la jerarquía del dinero:
Por tanto, si bien todo dinero es un crédito (o deuda) no se sigue que sea cierto lo contrario. No todo el crédito (o deuda) es dinero. (...) Es la trasferebilidad extensiva de la deuda y la creación de una jerarquía de aceptabilidad la que fue de importancia crucial en el desarrollo de una forma de dinero crediticio (circulante) (Ingham 2004).
Una deuda puede ser incobrable lo cual quiere decir que el crédito es importante, "no todos los dineros han sido creados iguales". (Wray, 2012)Así que para resumir, las tres proposiciones de Randall Wray son:
En la siguiente parte profundizamos en la diferencia entre dinero bancario y dinero del estado y por tanto hablaremos de la diferencia entre dinero 'vertical' y 'horizontal'.
- El dinero compra bienes y los bienes compran dinero pero los bienes no compran bienes.
- El dinero siempre es deuda, no puede ser una mercancía, porque si no se violaría la proposición anterior
- Una deuda puede ser incobrable lo cual quiere decir que el crédito es importante, "no todos los dineros han sido creados iguales".
Referencias
Gardiner, G.W. The Primay of Trade Debts in the Development of Money. Capítulo en el libro Credit and State Theory of Money (2004), obra colectiva editada por Randall Wray. Edward Elgar, Chettenham, RU - Northampton MA, USA.
Ingham, G. The Emergence of Capitalist Credit Money. Capítulo en el libro Credit and State Theory of Money (2004), obra colectiva editada por Randall Wray. Edward Elgar, Chettenham, RU - Northampton MA, USA.
Ingham, G. The Emergence of Capitalist Credit Money. Capítulo en el libro Credit and State Theory of Money (2004), obra colectiva editada por Randall Wray. Edward Elgar, Chettenham, RU - Northampton MA, USA.
Wray, R. Modern Money Theory. A Primer on Macroeconomics for Sovereign Monetary Systems. (2012) Palgrave MacMillan. New York.